domingo, 25 de agosto de 2019

Cómo hacernos conscientes de que el cambio climático es un problema YA

En el pasado mes de mayo muchos medios nos informaron de que el nivel de CO2 en la atmósfera, detectado por la agencia meteorológica estadounidense, el Observatorio de Mauna Loa en Hawai, era el más alto (414,7 partes por millón) desde que la estación empezó sus mediciones hace 61 años.

En la última década la concentración del CO2 ha estado aumentando en un promedio de 2,2 ppm al año; desde mayo 2018 había subido 3,2 ppm.

A este ritmo nos estamos acercando cada vez más rápido a los 450 ppm, que según los científicos puede marcar el punto en el que se disparan los efectos climáticos extremos. El nivel al que deberíamos aspirar a volver es de 350 ppm, que corresponde a la concentración de CO2 que había en la atmósfera en 1986, y que se considera más o menos “seguro”.

Sin embargo, a pesar de la importancia de esta noticia, la mayoría de los medios y la gente la olvidamos rapidamente.

Para recordarnos que estamos en una situación de emergencia, el periódico británico The Guardian ha decidido publicar estos niveles de CO2 en su pronóstico diario del tiempo. El 22 de agosto había 410,24 ppm, un aumento de más de 3 ppm respecto a la misma fecha de 2018.

Como cada año, los niveles en agosto son más bajos que en mayo, ya que al crecer la vegetación del hemisferio norte absorbe CO2 atmosférico y emite oxígeno.

Según la redactora jefe del periódico, “hay que recordar a la gente que la crisis climática ya no es un problema futuro; tenemos que afrontarlo ahora, y cada día importa.”

Y como subraya Damian Carrington en su artículo, “independientemente de como medimos el cambio climático, una cosa está clara: para limitar el calentamiento a 1,5% necesitamos reducir las emisiones a la mitad para el 2030, y conseguir cero emisiones en 2050. Probablemente tendremos también que sustraer CO2 de la atmósfera, quizá mediante una masiva restauración de la naturaleza”.


A juzgar por los comentarios publicado, los lectores celebran esta decisión, y comparten propuestas de como mejorar aún más la información: por ejemplo incluir los datos de los niveles de metano y óxido nitrógeno, los otros dos principales gases de efecto invernadero. O en lugar de la página del tiempo, publicar los datos en la página de Economía junto con los de la Bolsa o del Producto Interior Bruto (PIB), para así mostrar “la relación entre la manera en la que pensamos que se genera la riqueza y el precio real que pagamos por ello”. Además, en la misma página de Economía se podría incluir los indicadores de la desigualdad, la población de humanos/insectos/delfines/tigres, el superficie cubierto de bosques, número de personas muertas por la contaminación del aire…


Y ¿qué puede hacer cada uno de nosotros?

A parte de las acciones relacionadas con la alimentación -uno de los temas preferidos en Voces de Ávila- dos de los cambios sencillos es contratar la electricidad a una comercializadora que sólo vende energía de fuentes renovables (como Gesternova, las cooperativa Energética y Som Energía, y otras muchas), y cambiar el buscador de Google por el de Ecosía, que dedica el 80% de sus beneficios a plantar árboles en distintos lugares del mundo.



Lena Pettersson

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