sábado, 20 de diciembre de 2014

"Yo compro en Navaluenga"

Todos sabemos que las crisis económicas y el paro azotan a nuestros pueblos de una forma más virulenta si cabe que a las zonas urbanas. 

Los recortes en los servicios afectan en un grado mayor a las zonas rurales, y la exigüidad de los presupuestos repercute especialmente en el desarrollo rural y la modernización de los pueblos: las carencias sociales, sanitarias, culturales, educativas etc. se agudizan, disminuyen las ayudas a agricultores y ganaderos, las inversiones públicas brillan por su ausencia, aumenta el paro y por tanto también el éxodo a las ciudades en busca de empleo. Con todo esto peligra la continuidad de las actividades económicas propias del medio rural y también, y especialmente, el relevo generacional, es decir, los jóvenes se van y cada vez la población de los pueblos está más envejecida: la supervivencia misma de los pueblos está en riesgo mortal. 

Podemos lamentarnos y/o consolarnos pensando que nuestros políticos están en ello y llegarán a tiempo de salvarnos de la desaparición de nuestros pueblos, y por supuesto tendremos que esperar sentados el milagro: un ejemplo de su desidia, ineficacia y escurrir el bulto sin dejar de poner la mano es este documento del Senado: (http://www.senado.es/web/expedientdocblobservlet?legis=10&id=151588), en él se refleja la creación de una ponencia que tenga por objeto el análisis de los factores que han venido provocando el fenómeno de la despoblación rural en España y las medidas a adoptar para atajar y revertir este fenómeno, en el seno de la Comisión de Entidades Locales, ¡atención a las fechas! se crea el 16 de enero de 2013 con un plazo de 3 meses, el 3 de diciembre de 2014 se pide un aplazamiento de dos meses. En casi dos años no han generado ni un solo documento. 

El Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (2014-2020) y el correspondiente Programa de desarrollo rural de Castilla y León 2014-2020 para gestionarlo prevén nuevas inversiones en el ámbito rural, especialmente para incentivar la diversificación económica en los pueblos, a la espera de este maná europeo podemos quedarnos de brazos cruzados o promover iniciativas ciudadanas, proyectos asociativos, de consumidores, pequeños gestos encaminados a tejer redes solidarias que hagan más viable la supervivencia en los pueblos.

Teniendo en cuenta que el autoempleo y los pequeños comercios y negocios son la base económica de los pueblos, pienso que una buena manera de revitalizar el consumo de nuestra zona y animar la economía local pasa por concienciarnos de que debemos comprar en el pueblo, Navaluenga en este caso, que las grandes superficies no son más baratas si consideramos todos los factores que concurren en esas compras (gasolina, tiempo, comprar otros productos que no son más baratos y que nos los meten por los ojos). Que como dicen algunos: “un euro gastado en el pueblo se convierte en dos”, ayudando a los comercios y negocios nos ayudamos a nosotros. “Es que aquí hay poco y caro” dice la gente como disculpa, y esto es incierto.

Tenemos productos variados y muy competitivos: bicicletas, material deportivo, material eléctrico, de bricolaje, muebles, electrodomésticos, alimentos procesados de primera calidad, huevería, pollerías, carnes frescas, embutidos, quesos, pasteles, panes, vinos autóctonos bisutería y regalos, productos de limpieza, materiales de construcción, revestimientos, plantas y flores, libros, prensa, revistas. También profesionales muy competentes: artesanos, ceramistas, pintores artísticos y de paredes, ebanistas, carpinteros, mecánicos, profesores particulares, psicólogos, fisioterapeutas, masajistas, esteticistas, peluqueras, abogados, óptico, restauradores, camareros, panaderos, pasteleros, arquitectos, delineantes, topógrafos, promotores, albañiles, fontaneros, electricistas, cerrajeros etc.

La próxima vez que tengas que comprar productos o servicios piensa en ellos, si ellos logran vivir cómodamente en el pueblo, los demás también lo tendremos más fácil.


Concha S.B.
Imagen: Miranda

lunes, 15 de diciembre de 2014

La charla sobre energía ...y un mensaje dentro de una botella lanzada al mar

“La política energética actual tiene un único objetivo: garantizar que las grandes compañías eléctricas sigan llevándose los grandes beneficios a que se han acostumbrado.”

Paul Klee (1930)
Y mientras estas ganancias sigan, no parece importar que el actual modelo energético sea el principal culpable de que España siga endeudándose para cubrir el déficit energético (la diferencia entre energía importada y la exportada) de 40.000 millones de euro anuales. O que se siga pagando 7,4 millones de euros anuales al jefe de Iberdrola mientras se corta el suministro de luz a 30.000 familias (cada año) porque no pueden pagar la factura. O que en la atmósfera se siga aumentando la cantidad de  CO2 y otros gases causantes del cambio climático.

Esto, y otras muchas cosas, nos explicó ayer Mario Sánchez-Herrero.

Un nuevo modelo energético tendría que basarse en la “energía limpia” (energía renovable), incentivar el ahorro – y también democratizar el control de la producción de energía para que estuviera en manos de los ciudadanos (a diferencia de la actual situación, en la que tanto ciudadanos como políticos estamos a merced de las grandes compañías eléctricas).

Para mí (y creo que para mucha gente) es difícil entender la política energética. A veces quizá esto sea normal, por la complejidad del tema. Otras veces, sin embargo, pienso que es porque está marcada por un gran SINSENTIDO. De este sinsentido también nos dio Mario varios ejemplos, uno de los cuales es este:

Primero (no recuerdo en qué año) se decide fomentar la energía solar con unas sustanciosas primas, para así estimular la demanda, aumentar la producción de paneles y así hacer que los precios bajaran. Pero ahora, cuando los paneles fotovoltáicos tienen un precio realmente competitivo (100 euros a comparar con los 800 euros que costaban hace unos años), entonces se decide frenar en seco su instalación (por ejemplo mediante la amenaza del “peaje de respaldo” incluido en el proyecto de ley).

Mario nos aclaró, sin embargo, que a él no le parece mal que la rentabilidad de la producción de energía solar haya bajado desde los 12 % anteriores a los –más normales- 6 % de ahora. Además, la forma que se había elegido para fomentar la producción no era muy buena, ya que se favorecía que los grandes patrimonios invertieran en extensas “huertas solares” instaladas en el campo, en lugar de animar a gente a hacer pequeñas instalaciones en el tejado de sus casas.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros para ir hacia un nuevo modelo energético, (aparte de tener en cuenta esta cuestión la próxima vez que vayamos a votar)? Pués, varias cosas:

-  adherirnos a la Plataforma Por Un Nuevo Modelo Energético
-  comprar la electricidad de una comercializadora que sólo vende energía renovable, por ejemplo Som Energía, o Gesternova. No es complicado cambiarse. 
-   Apoyar proyectos de producción de energía renovable   http://www.ecooo.es/3/Servicios/
-   Intentar ahorrar energía e utilizar la necesaria de forma más eficiente.

Fuimos 17 personas que acudimos a la charla. Por lo interesante que era, me parecen pocas. Por otro lado, el ser un grupo reducido hizo que realmente fue una “charla-coloquio” de bastante participación. Aun así, tengo que confesar que me decepcionó un poco que no fuera más gente, lo que me llevó a estas reflexiones del: 

“Mensaje dentro de una botella lanzada al mar” 

...lanzada al mar, porque no sé si alguien va a leer estas lineas (sólo son una opinión mía)...

También por motivos “egoistas” me hubiera gustado ver más gente en la charla, ya que suele animar el sentirse unido a otras personas en la convicción de que hay que cambiar los actuales sistemas económicos, sociales y/o energéticos que a tanta destrucción ambiental y humana llevan. O, a falta de convicciones compartidas, al menos poder expresar y escuchar ideas, dudas y conocimientos distintos y así aprender.

Mis reflexiones van en torno a ese sentirse “unidos”, de sentir que uno/una forma parte de una comunidad.

Personalmente, aunque he tenido la suerte de encontrarme con bastantes individuos a lo largo de mi vida con los que ha sido posible mantener un frucífero Diálogo (con mayúscula, ya que es algo a que doy mucha importancia), creo que siempre me ha resultado dificil ese sentirme parte de una comunidad.

Hace muchos años, cuando se creó el Partido Verde en Suecia, estuve un tiempo en él. Pero sentía que no era mi lugar, no era donde realmente podía actuar. Fue mejor mi tiempo de activismo en el movimiento por la Paz, en “Kontaktnät Icke-vâld” (Red de No Violencia), que tenía una forma muy interesante de trabajar, y donde aprendí bastante.

Aquí en España siento que no encajo en ningún partido (lo que no es ningún drama, esto le pasa a muchísima gente). Vivo en Navaluenga, y tengo raices aquí – en la naturaleza, en las amistades, en el trabajo...- pero me resulta tan dificil sentirme parte integrante de una comunidad  aquí como en Suecia. El último grupo o asociación al que me he acercado es a Vecinos de Navaluenga, donde estoy – y a la vez siento que no estoy.

Es posible que sea un fallo mío. Aun así, quisiera analizar algunos de los aspectos que me dificultan considerarme integrada en un grupo. O se puede abordar desde el otro lado: ¿Qué me ayudaría a sentirme integrada en un grupo?

Estas preguntas y reflexiones las hago por sentir que hay tantos retos, y que realmente necesitaríamos TRABAJAR JUNTOS por un mundo más ecológico, justo y bello.

  1. Echo de menos más debates respetuosos, más preguntas formuladas (para saber que hablemos de lo mismo), más ganas de aprender, más sinceridad en cuanto a lo dificil es muchas veces comprender cómo funciona la justicia, la economía, o las gestiones en nuestro pueblo. Quizá soy lenta y torpe, pero sigue sin tener claro cuáles son los fines de la Acociación de Vecinos. Me agarro a los fines establecidos en los estatutos de la ascoiación: fomentar el desarrollo rural sostenible, la cooperación, la participación, el aprendizaje, etc. Pero no estaría de más intentar profundizar en qué significa (puede significar diferentes cosas para diferentes personas) y cómo se fomenta todo esto. Me parece que se dan demasiadas cosas por sentadas, tipo (sé que simplifico): “nosotros somos buenos y queremos mejorar el pueblo, los otros (= los gobernantes) son malos y sólo buscan beneficios propios”, y “puesto que nosotros somos buenos estamos todos de acuerdo en los fines y los métodos”.

  1. También echo de menos más responsabilidad personal. Por supuesto que es necesario analizar, vigial y criticar “el Poder” – pero “poder” es también algo que damos o quitamos mediante un montón de actos cotidianas: cómo tratamos a la gente, qué y dónde compramos, qué compañía comercializadora de luz contratamos, en qué banco tenemos una cuenta, etc...

  1. Y sigo pensando que tendríamos que aprender a hacer reuniones más breves, más eficaces, y más democráticas/participativas.
 No sé si había más aspectos. Por el momento lo dejo así. En adelante volveré a mis textos cortos. Un saludo a todos y todas.

Lena
"Underwater garden", Paul Klee (1939)