La exposición a plaguicidas aumenta el riesgo de padecer Parkinson

La enfermedad de Parkinson es considerada la segunda enfermedad neuro-degenerativa más importante del mundo (solo por detrás del alzheimer). En la provincia de Ávila unas 950 personas han sido diagnósticadas con ella, y se estima que hay bastantes más que la sufren sin saberlo.

Además, se piensa que el número aumentará en el futuro. Sin embargo, no parece que se habla mucho de las causas.

Y eso a pesar de la muy larga lista de estudios científicos que relacionan la exposición a herbicidas e insecticidas con un mayor riesgo de padecerla.

https://beyondpesticides.org/resources/pesticide-induced-diseases-database/parkinsons-disease

Uno de estos insecticidas es el clorpirifós,  el plaguicida más frecuentemente detectado en los alimentos españoles, según los análisis de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recogidos en el informe de Ecologistas en Acción “Directo a tus hormonas“. También se encuentra en casi todos los ríos de nuestro país.

La UE está ahora decidiendo si renovar la licencia de su uso.

Hay un breve video informativo  (de un minuto escaso), y una petición solicitando que se prohiba su uso:

https://actions.sumofus.org/a/ue-dejen-de-contaminar-nuestros-alimentos-con-clorpirifos

Más información:
HEAL-Generations-Futures-PAN-E-PAN-DE-Chlorpyrifos-Factsheet-Spanish-web

Lena Pettersson

Ahora también una sentencia confirma que el Ayuntamiento de Navaluenga no puede cobrar por un servicio que no ha prestado

Hace poco, por primera vez en mi vida, estuve en un juicio contencioso-administrativo. Como ya he contado aquí, me había visto obligada a presentar una demanda contra el Ayuntamiento, que seguía insistiendo en cobrarme casi el doble por un servicio que no me prestaba (43 euros por la recogida de basura, tarifa de "extrarradio", en lugar de la tarifa normal de 26 euros).

Como también conté aquí en mi entrada del 2 de abril, desde finales de marzo -exactamente dos días después de llegar la notificación del juicio- tengo un contenedor a 200 metros de mi vivienda (en lugar de a un kilómetro). Aunque lo utilizo poco, al compostar todos los residuos orgánicos en mi finca, sí facilita un poco la vida; además me alegro también por los vecinos.

Gané el juicio: ahora el Ayuntamiento debe devolverme las cantidades cobradas indebidamente durante los últimos 4 años (los anteriores han prescrito), y además debe pagar las costas del juicio.

Pero además la sentencia recoge un aspecto que mi abogado había descubierto al preparar la demanda: no se puede cobrar diferentes tarifas por el mismo servicio en función de la distancia del casco urbano, o del coste en cada caso concreto. Copio un extracto de la sentencia:

“lo que se exige en las tasas es que el importe total de todas las tasas que se cobren por un servicio no puede exceder del coste total del servicio. La equivalencia entre coste de servicio e importe estimado de las tasas por la prestación del mismo se refiere a “su conjunto”, como establece el art. 24 de la Ley de Haciendas Locales. (…) De ningún modo puede exigirse que la cuota tributaria que haya que pagar cada sujeto pasivo esté cuantificada por referencia al coste que entraña la prestación del servicio a ese concreto sujeto”.

En buena ley el Ayuntamiento ahora debería revisar la ordenanza para adecuarla a la legalidad actual, y cobrar a todos los vecinos la misma tarifa. Y además publicar todas las ordenanzas y reglamentos en su página web y empezar a cumplir la Ley de Transparencia (el "Portal de Transparencia" de Navaluenga sigue casi vacío...).

Lena Pettersson

El glifosato no sólo es un probable cancerígeno; también puede causar una enfermedad del hígado padecido por una cuarta parte de los europeos

Según un artículo publicado en Diario.es hace unos días, se estima que un 25% de los europeos pueden estar sufriendo -sin saberlo- de la enfermedad del “higado graso”, una enfermedad que puede derivar en otras más graves como cirrosis o cáncer, y que en Estados Unidos es la segunda causa de los transplantes de hígado.

Las síntomas incluyen cansancio, debilidad, falta de apetito, dolor abdominal…

En cuanto a las causas del “hígado graso no alcohólico”, Jordi Sabaté, el autor del artículo, destaca las dietas desequilibradas con un exceso de grasas y azucares.

https://www.eldiario.es/consumoclaro/cuidarse/Higado-graso-riesgos-entrana-salud_0_902210640.html

Otra posible causa, que Sabaté no menciona, es la exposición al herbicida glifosato.

Ya había varios estudios con animales mostrando la relación entre glifosato y enfermedades hepáticas, por ejemplo uno en el que se les había suministrado Roundup en dosis equivalentes a una milésima parte de los niveles permitidos (considerados seguros…) a ratones durante dos años, que mostraba que incluso las dosis muy bajas a la larga causaban disfunciones del hígado.

Ahora los investigadores de una universidad de California han detectado niveles “significativamente más altos” de glifosato en la orina de personas padeciendo de hígado graso no alcohólico.

Doctor Paul J.Mills, que dirigía el estudio, ha advertido que hay que seguir investigando, ya que puede haber otros pesticidas que también aumentan el riesgo de sufrir esta enfermedad: “Estamos expuestos a tantas sustancias químicas sintéticas. Sólo hemos medido una”. Ahora él y su equipo quieren estudiar cómo afectará a los pacientes el cambio a una dieta completamente orgánica.

https://beyondpesticides.org/dailynewsblog/2019/05/glyphosate-exposure-linked-to-fatty-liver-disease-in-humans-adding-weight-to-earlier-animal-studies/

Pruebas hechas en Alemania y Francia han mostrado que practicamente todas las personas tienen restos de glifosato en la orina. En Toulouse, 45 personas han decidido presentar una reclamación legal por los peligros que el uso del glifosato supone para la gente y el medio ambiente.

https://www.lavanguardia.com/natural/20190214/46467641289/iniciativa-contra-herbicida-glifosato-francia-analisis-orina.html

En nuestra provincia tanto la mayoría de los ayuntamientos, como la Diputación y la Junta, siguen utilizando herbicidas para la “limpieza” (que en la realidad es todo lo contrario) de cunetas y lugares públicos, incluso haciendo caso omiso de las medidas de seguridad establecidas por la ley.

Lena Pettersson