jueves, 24 de enero de 2019

Los mejores embajadores de la Naturaleza



El año pasado un amigo me regaló dos comederos para pájaros, que ahora están colgando de dos de los árboles que veo desde la ventana del salón-comedor. Cerca de ellos esperan cada mañana los “fijos”: herrerillos, carboneros, trepadores azules, pinzones comunes, algún petirojo, y otros visitantes esporádicos (un pinzón real, escribanos…).

Aunque tengo la suerte de vivir en el campo, ver a todos estos pájaros de cerca me ha supuesto una alegría añadida. Y una satisfacción de saber que ayudándoles a alimentarse en los días frías de invierno, y dejándoles comer insectos en primavera, verano y otoño sin ningún riesgo de que se envenenen en mi finca, contribuyo a mantener una población que está seriamente amenazada.

Sobre todo muchas aves ligadas a zonas agrarias están amenazadas: según datos de SEO/birdlife, en 2005, 14 especies de aves comunes estaban en declive, mientras que en 2017 lo estaban 38 especies – entre ellas la golondrina, el abejaruco, y el gorrión común. El descenso en las poblaciones tienen que ver con la pérdida de habitat, el uso de agroquímicos – es decir, venenos- y el cambio climático.


Hace poco se publicó una entrevista con el escritor estadounidense Jonathan Franzen en la revista digital de Sierra Club, en el que el autor de las novelas “Las correcciones”, “Libertad”, y “Pureza” habla -entre otras cosas- sobre la importancia de los pájaros para conectarnos con la naturaleza:

...Los pájaros son uno de los pocos aspectos de la naturaleza que se acercan a nosotros. Un pájaro visitará tu patio, y puedes tener un encuentro con él. Puede que no sepas nada de donde viene, pero allí está en tu árbol. Las aves son los mejores embajadores de la naturaleza (…). Por eso, aparte de su belleza, desde el punto de vista medioambiental es muy importante ayudar a la gente a ser consciente de ellas. El picogrueso pechicafé que vuelve a mi calle cada primavera, puedo decir el momento exacto de su llegada. Estoy sentado en mi estudio y de repente lo oigo cantar fuera de la ventana. Es imposible perdérselo: canta continuamente hasta el anochecer. Y seguirá cantando allí durante las siguientes seis semanas. Está completando su ciclo de vida en nuestra calle, y dependerá de otras cosas -insectos, plantas- que también están completando sus ciclos de vida. Y toda esa vida salvaje está todavía pasando justo delante de nuestras narices, si le prestamos atención...”

En un punto anterior de la entrevista, el escritor ha expresado su preocupación por el riesgo de que la gente llegue a estar tan desconectada de la naturaleza que deje de importarles:

...A medida que la naturaleza retrocede, por la expansión de los humanos, se reducen las oportunidades de tener un encuentro directo con ella. La naturaleza se convierte en una abstracción, algo “perdido” - y las abstracciones no pueden competir con el mundo virtual en el que ahora vivimos: el mundo de las redes sociales, de internet, de la publicidad en la televisión, y todas las mentiras que transmiten.

Lo que me da esperanza es ver a lo que la gente es capaz de hacer una vez que realmente lleguen a experimentar la naturaleza...”

Al final de la entrevista, el periodista le pregunta a Jonathan Franzen (que tiene fama de sólo participar en eventos literarios si están próximos a un parque natural con riqueza ornitológico), si cree que su relación con las aves le ha hecho mejor persona. Responde lo siguiente:

Siempre me ha importado el mundo natural, y solía sentir mucha rabia al ver como lo estamos agrediendo. Enamorarme de los pájaros significó encontrar algo positivo adonde dirigir mis sentimientos; encontrar algo que cuidar, en lugar de sentir enfado o culpa. No sé si me ha hecho meor persona, pero sí me ha convertido en una persona con la que estoy más contento estar. Ya no camino por el campo cabreado; ahora doy paseos diciendo “Ah, hola, te quiero””.



Lena

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