viernes, 7 de diciembre de 2018

¿Pensamos que el cambio climático no tiene nada que ver con nosotros?

Esta semana se está desarrollando la Cumbre del Clima, COP 24, en Polonia, a la que asisten unas 28.000 personas de 197 estados. Pero por muchas conferencias que se hagan, no parece que se acabe de tomarse el cambio climático en serio.

Las declaraciones, informes y buenas intenciones no faltan; sin embargo, la voluntad de ponerlas en pŕactica parece más bien escasa. Y ojalá me equivoque, pero tengo la impresión de que en la provincia de Ávila la actitud general es más bien que todo eso no tiene nada que ver con nosotros.

En teoría todos sabemos que hay que reducir las emisiones de CO2 si queremos evitar unos efectos apocalípticos, y a pesar de eso las emisiones globales crecieron entre 2016 y 2017 en un 1,6%. En la EU  aumentaron aún más: 1,8%.
Pero eso no es nada en comparación con España: aquí crecieron un 7,4% (datos según eurostat en mayo 2018). Nuestro país fue el cuarto de la UE donde las emisiones (estimadas) aumentaron más, después de Malta, Estonia y Malta. En cambio, en Finlandia y Dinamarca se redujeron casi en un 6%.

Pienso que el aumento tan alto se ha podido producir porque vivimos con el dogma del CRECIMIENTO ECONÓMICO -entendido como subida del PIB, sin analizar qué es lo que crece- como meta supremo, y porque la mayoría de las mentes parecen estar ocupadas con nacionalismos pequeños y grandes, cotilleos (políticos y otros) y luchas de poder…o por los problemas cotidianas de poder pagar hipotecas, alquileros, facturas de luz, libros de textos, etc.

Y porque pensamos que la “solución” (quiero decir la adopción de medidas que limiten el cambio climático o mitigen sus efectos) es cosa de los otros (el Estado, la UE, La ONU, o China, EE.UU. Alemania…), y no de los pueblos donde vivimos.
Pero desde los ayuntamientos hay MUCHAS medidas que se podrían tomar. Por ejemplo:
  • Contratar la luz de empresas que comercializan electricidad de fuentes renovables.
  • Instalar placas solaren en los edificios públicos y subvencionar el autoconsumo en viviendas particulares.
  •  Subvencionar la compra de vehiculos elétricos.
  • Prohibir la quema de restos de poda, invirtiendo en biotrituradoras municipales y creando plantas de compostaje, algo que convertiría la basura en un recurso.
  • Apoyar la producción ecológica de alimentos – y en general toda producción y consumo local que redujiría la necesidad de transportes contaminantes.
  • Plantar árboles y crear jardines en espacios públicos (toda vegetación absorbe CO2 de la atmósfera y a través de sus raíces transfiere el carbono al suelo, además de mitigar las diferencias de temperaturas).
Lena Pettersson
2016-11-19 (15)

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