domingo, 3 de enero de 2016

El "fracking", antieconómico y devastador (pero promovido por el PP)

En “Alternativas Económicas” del mes pasado hay un artículo muy bueno sobre el “fracking”. Se titula “Fracking, un camino erróneo”, y está escrito por Carles Riba Romeva

Intentaré resumir aquí el contenido.

El “fracking”, o fractura hidráulica en español, se refiere a un método de extracción de hidrocarburos de esquisto– gas natural y, en menor medida, petróleo lígero. Estos se han generado durante millones de años, al convertirse sedimentos de animales marinos en petróleo y gas.

Los hidrocarburos de esquisto se encuentran confinados en pequeños alvéolos en grandes extensiones, a gran profundidad y en pequeñas concentraciones. Son yacimientos “no convencionales”, lo que significa que son dificiles de explotar, y que tienen un bajo rendimiento; es decir, se utiliza mucha energía para obtener sólo un poquito más.

Para extraerlos, se perforan pozos horizontales para después inyectar grandes cantidades de agua con aditivos altamente contaminantes para romper los alvéolos y liberar el gas (o el petróleo).

Anteriormente se descartaba su explotación, por difícil y antieconómico, pero a partir de 2005, en EEUU se empezaron a explotar a gran escala para reducir la factura exterior de los combustibles fósiles. En 2012, se habían perforado allí 65.000 pozos, y para mantener la producción se estaban perforando 8.600 nuevos pozos al año (para ver las consecuencias recomiendo ver el documental “Gasland”).

Tantas inversiones de dificil rentabilidad han dado lugar a la burbuja del fracking, que beneficia principalmente a las compañías que realizan las perforaciones. Porque la dinámica de los pozos es a muy corto plazo: después de una producción inicial elevada, esta disminuye rápidamente, llegando en muchos casos a ser de sólo la mitad a los seis meses, y a practicamente agotarse al cabo de tres años.

Después, queda un paisaje completamente devastado, porque los impactos son brutales.

En primer lugar, por el elevado consumo de agua, un bien escaso y necesario para la vida. A menudo, una vez fracturada la roca a gran profundidad, el gas sube y contamina las aguas de los aguíferos. Incluso en algunos lugares el agua que sale de los grifos es inflamable (como se puede ver en “Gasland”).

También puede desestabilizar el terreno, originando episodios sísmicos.

Los impactos territoriales también son muy grandes, ya que hay que construir carreteras de acceso, y una red de gasoductos para su distribución y comercialización. Para darse cuenta de los impactos territoriales y sociales que los proyectos impulsados por el (anterior) gobierno del PP tendrían en Viscaya, recomiendo ver la segunda parte de OigopolyOFF, que pondré aquí abajo.

Las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2 y metano) también son muy grandes; en un balance global, el combustible obtenido mediante “fracking” es tanto o más contaminante que el peor carbón.

Y encima, es caro. Según Riba Romeva, “en un cómputo global, hoy día ya es mucho más económico el aerogenerador que el pozo de esquisto. Además el aerogenerador puede ser sustituído al final de su vida por otro probablemente más eficiente, mientras que el agotamiento de un pozo de gas de esquisto es tierra quemada (...) Son recursos efímeros destinados a prolongar la era de los combustibles fósiles en un ciclo de unos 10 años. (...) En definitiva, el fracking no hace más que retrasar la transición energética hacia un modelo 100% de fuentes renovables que hay que afrontar para poder disponer de energía en el futuro y evitar las conseuencias de la contaminación y del cambio climático”


Hasta aquí el artículo de Carles Riba Romeva. Pues esta es la energía que el PP quiere fomentar. En cambio, casi todos los demás partidos se han pronunciado en contra. De hecho, en mayo del 2014, representantes de 20 partidos - todos los grupos del Congreso a excepción del PP, el PNV, el CiU y el UpyD – firmaron una declaración en la que prometieron prohibir el “fracking” si llegaran a gobernar.

OligopolyOFF, capítulo 2:


"Gasland" (El Gas de la Muerte), documental largo de Josh Fox, subtitulado en español:


Lena

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