martes, 17 de julio de 2012

Las Cabezuelas y el riesgo de incendios





En el casco urbano de Navaluenga, entre el río y la carretera de Madrid, desde el parque de Las Eras y hasta el campo de golf y con casi 20 hectáreas se extiende el monte de propiedad municipal “Las Cabezuelas ”, cuya denominación alude sin duda a la orografía de la zona, llena de elevaciones coronadas por berrocales que se alzan por doquier.


Todos los que lo conocemos y disfrutamos sabemos que es un paraje singular, de una gran belleza y con un gran valor ecológico, económico y social. Atesora innumerables especies de todo tipo:



La pinara, como la llamamos aquí, es una masa fundamentalmente formada por el pino albar (Pinus silvestris), también hay pino piñonero (Pinus pinea) y algunos ejemplares de otras especies de pino, abundan los enebros, robles, encinas, fresnos, higueras silvestres etc. Pero están creciendo especies foráneas de los jardines cercanos (catalpas, hiedras, castaños de india). Proliferan los arbustos como zarzas, jaras, escobas, majuelos, escaramujos.


Hay infinidad de plantas aromáticas como tomillo, romero, espliego, abrótano, manzanilla, hinojo etc. También plantas de uso medicinal (gordolobo, hipérico, caléndula, perpetua, angélica etc.).


Es un lugar abundantísimo en todo tipo de setas y hongos, hasta el punto que la sociedad micológica de Navaluenga se llama “Las Cabezuelas”.


Aves de todo tipo anidan y lo usan como hábitat en todas las épocas del año: destacan las bandadas de rabilargos, las tórtolas, palomas torcaces, cucos, rapaces nocturnas como autillos…


Las ardillas rojas corretean a sus anchas por este monte, junto a otros pequeños mamíferos: topillos, murciélagos, ratones, erizos… También se pueden ver conejos.


Reptiles, insectos y arácnidos completan la enorme biodiversidad de este pinar.


Es un remanso de frescor en los tórridos días de verano, al que contribuye el cauce nuevo del Romeral, que lo atraviesa longitudinalmente convirtiéndose en una original vía para adentrarse en él y recorrerlo.


Sobre el pinar de Las Cabezuelas no hay ningún tipo de actuación, ni tareas de mantenimiento, limpieza, vigilancia o prevención de incendios por parte del Ayuntamiento ni ningún otro organismo. Recientemente se han talado algunos pinos a petición de los vecinos de algunas casas incrustadas literalmente en el pinar.


En 2008 el Ayuntamiento cedió en arrendamiento ¿por 50 años? una zona de este monte, de 10.000 m2 , a una empresa para la instalación de un parque de aventuras (tirolinas en los árboles), lamentamos que no se haya creado ningún puesto de trabajo para nadie de aquí, ni permanente ni temporal (como prometían los adjudicatarios), que sea una empresa ajena la que se esté beneficiando de un bien común y que se haya cortado un sendero tradicional que comunicaba el río con la carretera de Madrid y que muchos de los vecinos utilizábamos habitualmente.


Hubo un proyecto para convertirlo en un parque educativo natural, creo que de más calado que el parquecito instalado dentro del campo de golf, pero supongo que con los tiempos que corren todo será agua de borrajas.


En algún momento se instalaron colmenas y quedan ruinas de una explotación apícola. En invierno los vecinos recogemos leña seca y árboles caídos para calentarnos. En los dos últimos años esta costumbre ha sido más habitual por la crisis económica y la subida de los combustibles, con lo que el pinar está un poco más limpio.


Pero el abandono sigue siendo muy grave y existe un gran riesgo de incendios en esta época del año, en especial sobre los vecinos más próximos se cierne un gran peligro que puede afectar tanto a bienes materiales como a personas. No hay ninguna labor preventiva ni de limpieza, es un terreno tan abrupto que un incendio en su interior tardaría en ser localizado y no hay ningún vehículo que pudiera adentrarse en el bosque para extinguirlo. Sólo podría atajarse manualmente o por aire.


Los vecinos de la zona pedimos al Ayuntamiento que actúe ya, para no lamentarnos después, y proponemos aquí algunas medidas inmediatas que consideramos ineludibles:


. Limpiar el pinar y someterlo a los cuidados necesarios.


. Instalar una torre de observación para localizar focos de posibles incendios.


. Señalizar el gran riesgo de incendios en la zona y especificar con carteles las actividades peligrosas prohibidas por la ley: hacer barbacoas, arrojar colillas, vidrios, introducir motos en el pinar etc.


. Vigilar por la Guardia Civil, Seprona o quien corresponda, que se cumpla la legislación vigente e imponer las sanciones pertinentes.


Todas estas medidas son vitales y algunas de coste muy reducido, pero muy importantes.


Este mismo fin de semana, en la casa rural de la C/ Cañada Chica, habían hecho una barbacoa en el patio trasero que da al pinar, igualmente hubo motos recorriéndolo todo el sábado. Actuaciones de este tipo suponen un riesgo tremendo y no queremos ser agoreros.


El pinar es un bien común del que queremos seguir disfrutando muchos años y hay actividades compatibles, en este sentido el año pasado se celebró una prueba ciclista internacional en un precioso circuito dentro del pinar, organizada por el Club deportivo Paco Mancebo, fue un éxito y un ejemplo de buen uso y respeto al Medioambiente.


CSB

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