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Foto: Pedro Herrero |
En el próximo pleno de la
Diputación, el 26 de noviembre, Trato Ciudadano presentará una
moción para que se elimine el uso de herbicidas en la limpieza de
los bordes de las carreteras.
Las sustancias que se
utilizan ahora son muy tóxicas para vida acuática, y presentan
graves riesgos para la salud humana.
Ya en 2014 el Procurador
del Común recomendó valorar la sustitución de los herbicidas por
siegas y desbroces.
Hasta ahora la Diputación ha
elegido realizar limpieza de los bordes de las carreteras mediante la
aplicación de herbicidas, salvo en el Parque Regional de la Sierra
de Gredos. La empresa encargada para la Zona 2 de la provincia es
ELSAMEX, S.A, que en su informe del 10 de octubre justifica este
método alegando que se trata de “zonas de difícil acceso”.
El plan actual es fumigar en
primavera (10-20 de mayo), y también en otoño (28 de septiembre-26
de octubre), y se utilizará una mezcla de los productos PISTOL FLEX,
SPASOR PLUS y VELEZIA.
El Registro de Productos
Fitosanitarios advierte que el PISTOL FLEX (Difluvenican 36% e
Iodosulfuron-metil-sodio 1%) es muy tóxico para los organismos
acuáticos, con efectos duraderos,
y que puede provocar irritación ocular grave. También establece que
no se debe entrar en la zona tratada hasta que la aplicación se haya
secado, período durante el cual “se señalizará la zona
tratada convenientemente, impidiendo el acceso a personas ajenas al
tratamiento”.
Sería
difícil impedir el acceso a las carreteras a personas ajenas al
tratamiento. Y parece poco viable obligar a ciclistas y paseantes
llevar mascarillas y gafas protectoras.
Pero según ELSAMEX los
productos utilizados no suponen ningún riesgo ni para la salud
humana, ni para la fauna terrestre o
acuícola.
Sin
embargo, según el registro oficial, también SPASOR PLUS es tóxico
para los organismos acuáticos, con efectos duraderos. Contiene
36% de glifosato, el herbicida más conocido por el público en
general, y sobre el que existen numerosos estudios de cómo afecta a
los humanos y a los ecosistemas.
Los
efectos a corto plazo de una exposición al glifosato incluyen
vómitos, diarrea, problemas respiratorios, erupciones cutáneas,
dolor abdominal, conjuntivitis y visión borrosa, palpitaciones,
aumento de la presión arterial, mareos…
A
largo plazo, las exposiciones repetidas -incluso a dosis muy bajas-
están relacionadas con alteraciones hormonales, daños al hígado y
riñón, daños reproductivos y genéticos, y diferentes tipos de
cancer (en especial, con el linfona no Hodgkin y el mieloma
multiple).
En
agosto este año, un tribunal de EE.UU. Condenó a Monsanto a pagar
casi 290 millones de dolares en daños a Dewayne Johnson, por no
advertir que el glifosato del herbicida que usaba Johnson era
cancerígeno. Johnson
sufre un linfoma no Hodgkin incurable, que atribuye al hecho de que
durante dos años rociaba unos terrenos escolares con los herbicidas
Roundup y RagenrPro. El jurado, después de deliberar durante tres
días, también llegaron a la misma conclusión.
Glifosato
también ha sido patentado como un antibiótico. Lo preocupante es
que parece tener un mayor impacto negativo sobre las bacterias
beneficiosos que sobre los patógenos. Cada vez más se está
descubriendo la importancia de que exista una microbiota amplia y
equilibrada en el intestino humano, y la destrucción o alteración
de esta microbiota puede que sea parte de la explicación del
aumento de muchas enfermedades como cancer, diabetes, alergias, asma,
esclerosis múltiple, etc.
Su
persistencia en el suelo varia desde menos de una semana hasta más
de un año. En el agua tarda como media 70-80 días en reducirse a la
mitad. Es tóxico para los organismos acuáticos, con efecto
duradero.
Pero
según ELSAMEX el Glifosato no es tóxico ni para las personas ni
para los mamíferos, ya que “reprime la actividad de una enzima que
sólo existe en los vegetales”.
Por
todos los riesgos que el uso de herbicidas implica, el Procurador de
Común recomendó en una Resolución del 2014 que
“se
valore erradicar el uso de herbicidas en la limpieza de las márgenes
del resto de las carreteras, utilizando, en cambio, medios mecánicos
de siega y desbroce.”
Argumenta
que aunque los medios mecánicos resultaran más caros, “las
administraciones no deben olvidar que uno de los principios rectores
de la política social y económica reconocidas en la Constitución
Española debe ser la protección de un medio ambiente adecuado para
el desarrollo de la persona con el fin de que los ciudadanos puedan
disfrutarlo (art. 45), y que el patrimonio natural es uno de los
valores esenciales para la identidad de Castilla y León (art. 4 del
Estatuto de Autonomía)”.
De
esta manera también se cumpliría lo establecido tanto en
legislación europea como la estatal (Directiva 2009/128/CE y Real
Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el
marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos
fitosanitarios).
Además,
el posible aumento de costes sería por más manos de obra, es decir
por empleos.
La
Resolución del Procurador fue dirigida a la Junta de Castilla y
León, las Diputaciones provinciales y los municipios de más de 5000
habitantes.
La
Diputación de Ávila acceptó las recomendaciones, aunque luego las
haya olvidado.
En
paises como Estados Unidos, Alemania, Holanda, Noruega o Suecia, cada
vez más se consideran los bordes de las carreteras como corredores
ecológicos y reservas de biodiversidad, y la vegetación como un
recurso que hay que gestionar,
en lugar de erradicar.
Para
eso se analizan diferentes tramos para elegir los métodos más
adecuados: siega y desbroce (en determinadas fechas, y en algunos
sitios llevándose la vegetación cortada para convertirla en compost
o en biomasa), pastoreo controlado, quemas controladas (con
intervalos mínimos de 3 años), aplicación limitada de herbicidas
(por ejemplo en lugares con muchas plantas invasoras), o incluso
siembras de selecciones especiales de plantas nativas.
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Cuneta sin fumigar, en el mes de julio |
Lena Pettersson