Hoy eldiario.es publica la truculenta historia sobre como el empresario Javier Meléndez se gastó 1.165.390 euros en reformar sin licencia una casona rural de sus padres -pagada con dinero de orígen desconocido- que utilizaba como segunda residencia con su hoy mujer, la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente.
También muestra un poco la realidad detrás de las fachadas de una de las dirigentes del PP, partido que suele defender los valores de "la familia".
En lugar de publicar extractos del largo artículo, prefiero citar aquí a Confucio, quien explica un principio bastante útil en nuestro trato y apreciación de los demás:
El Maestro dijo: Mira cuáles son sus objetivos, observa qué medios utiliza para alcanzarlos, descubre lo que le haga contento, y verás claro el verdadero valor de una persona.
(Analectas, libro 2:10)
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