Ayer una lectora de este blog me envió esta foto tomada por la mañana en Navaluenga, donde se ve el cielo cruzado por las estelas que han dejado varios aviones al pasar.
Ella se preguntaba si podían ser unos "chemtrails"
(estelas quimicas), sobre las que me dicen hay bastante preocupación en las redes sociales.
No es un tema que yo conozca, pero recomiendo este artículo de Eccologistas en Acción:
Lo que sí sé es que no para de aumentar el tráfico aereo, y que los gases causados por este tráfico no son nada inocuos.
Aprovecho para copiar unos párrafos de un artículo de Raúl Rejón, que lleva varias semanas esperando en el escritorio de mi ordenador a que tenga tiempo de leerlo con más atención y comentarlo aquí:
"...Las emisiones de gases de efecto invernadero
provocadas por aviones y buques no paran de crecer. La aviación
internacional ha doblado la cantidad de CO2
que ha liberado a la atmósfera desde 1990. El transporte marítimo
ha aumentado en un 22%, según el informe de la Agencia Europea de
Medio Ambiente (EEA) (...)"
Sólo en cuatro años, entre 2013 y 2017, el transporte aereo aumentó en un 25%, según el informe.
"...
El transporte aéreo no espera ni planea decrecer.
De hecho, el informe sobre el sector admite que "contener la
demanda es visto como políticamente poco popular y hay pocas
referencias a este método de mitigación en los gobiernos". Más
bien al contrario, "el combustible utilizado en la aviación
internacional está normalmente exento de impuestos en la Unión
Europea, lo que deriva en una reducción significativa en los costes
de las aerolíneas". Un ahorro global de entre 20.000 y 32.000
millones de euros anuales (...)
...
La Agencia concluye con un panorama pesimista.
Según su revisión de las tendencias actuales y las políticas
adoptadas a día de hoy, todos los sectores implicados en el
transporte van a producir un aumento de CO2
para la mitad de siglo XXI. Bastante lejos del objetivo de reducción
de un 60% dibujado por la Comisión Europea en su Libro Blanco para
el Transporte de 2011.
Otras presiones más allá del cambio climático
Además de las emisiones de gases, la Agencia
pormenoriza otros daños que la aviación y el transporte marino
infligen al medio ambiente. Los aviones, además de CO2,
también son fuente de otros tóxicos atmosféricos como el dióxido
de nitrógeno y el metano. Al quedar libres en cotas altas terminan
por convertirse en ozono troposférico. El transporte aéreo también
supone una fuerte presión por la demanda de "uso de suelo"
y sus niveles de ruido...."
¿Y qué podemos hacer nosotros?
- Pués si solemos viajar en avión, ser conscientes del impacto que causamos, y reducir los viajes a los que realmente son imprescindibles para nosotros.
- A la hora de comprar, elegir siempre que podamos productos hecho o cultivados lo más cerca posible (no comprar nueces de California, cuando crecen nogales muy bien por aquí...)
- Presionar a los políticos para que se tomen el cambio climático en serio, y fomenten actividades y producciones beneficiosos para las personas y para el planeta, en lugar de los que tienen un impacto negativo muy grande.
Lena
Gracias Lena por aportar tu granito de arena y haciéndonos partícipes.
ResponderEliminarAclarar que la foto es de una amiga, aunque no estoy en Navaluenga me importa lo que allí sucede.
Ayer fue en Navaluenga, pero estas estelas se llevan viendo hace años en distintas ciudades de España y las personas afirman que son chembrails, un tema muy importante que ni la tv, ni la radio nos dicen nada al respecto.
Hoy por hoy si estamos más informados es gracias a Internet.