martes, 13 de febrero de 2018

Yaki

Este es Yaki, de joven.

Hace unos 9 años alguien le abandonó en en el camino de Canto Gordo, junto a un frigoŕifico roto y unos trozos de pan seco.

Estaba muy flaco y asustado, aunque intentaba hacerse el valiente ladrando.

Mi hermana, que estaba de visita, se hizo amiga de él, y le llevó a mi casa, donde yo ya tenía dos perros.

Durante un mes le daba de comer fuera del jardín, hasta que me convenció a dejarle entrar y recibirle en acogida.

Y luego le tocó la lotería: le adoptó la hermana de Maruja, y durante todos estos años ha disfrutado de paseos, comida y cariño.

...

Ayer Maruja me envió un poema que su hermana ha escrito, dedicándolo a Yaki, y a todos los perros y a los que cuidan de ellos y les prodigan sus cuidados y su amor.

Me pareció tan bonito que he pedido permiso de publicarlo aquí:

 
MI perro


Apenas encuentro palabras
para describir su hermosura:


La cara despierta,
la mirada atenta,
los ojos oscuros, brillantes,
ribeteados de negro hacia las orejas,
caidas , peludas...

El hocico firme
la boca relajada
la nariz húmeda.


Su cuerpo recio,
es de color dorado.
La cola hermosísima,
de abundante pelo
remata sobre el suelo su figura.


Pero su mayor encanto,
es que él, ignora su belleza.
Y sin saber cual es la causa
del amoroso encuentro de miradas,
mira fijamente a quien le mira,
con ternura.



Esperanza Pérez



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