martes, 29 de enero de 2019

Queremos aportar nuestro granito de arena para intentar modificar la política en Navaluenga...


La foto muestra la calle que va paralelo al río desde el puente hasta la curva del bar La Laguna. En los dos lados hay unas lineas trazadas; la margen que marcan es la suficiente para que pueda aparcar un coche. No hay aceras; en verano cuando todo el pueblo está lleno de coches, las personas que vamos a pie tendremos que ir en medio de la calle.

Hice la foto hace un par de semanas porque me parece que ilustra la política del actual gobierno en el Ayuntamiento de Navaluenga: se busca atraer el máximo número de visitantes – sobre todo en verano- sin considerar la carga que esto supone para el espacio, la economía, y la población. No hay planificación – o sólo para que los que dirigen obtengan beneficios, pero no para hacer Navaluenga un buen lugar para vivir todo el año. Tampoco hay participación ni debate: el Alcalde decide que está bien que los coches invaden el pueblo para que los que quieran puedan venir a pasar el día en unas piscinas naturales que ni siquiera están declaradas como Zona de Baño, porque así salimos en las noticias como un destino muy popular...y además algunos de los que vienen se tomarán algo en los bares más cercanos (entre ellos, el suyo).

¿Qué hacemos cuando salir a la calle, o dejar el campo para ir al pueblo en mi caso, significa constatar una y otra vez nuestro desacuerdo con la forma de gobernar, según la cual se usan los espacios y los recursos como si fueran de un grupo de personas determinadas, y no de todos los vecinos? ¿Qué hacer cuando vemos como se fomentan las confrontaciones, las exclusiones y favoritismos, en lugar de los diálogos y la participación?

La mayoría de la gente que conozco nos refugiamos en nuestros mundos particulares, en los que intentamos vivir con la mayor coherencia y armonía posible. Sin embargo, pienso que es importante buscar un punto de equilibrio, entre lo público y lo privado, entre críticas y trabajo concreto y positivo, entre “lucha” y “reposo” (no ecuentro las buenas palabras, lo siento).

Toda esta introducción es para contar que un grupo de personas y yo presentaremos una candidatura en las próximas elecciones municipales, en nombre de Equo, aunque posiblemente todas las personas en la lista excepto yo serán independientes.

En cuanto tenga tiempo, desarrollaré el programa más en detalle aquí, pero los principios claves son trabajar por la participación y la transparencia, para que las normas se apliquen igual para todos, para que se reparta el empleo público con criterios claros...Pensamos que es fundamental crear empleo -sobre todo en la “economía verde”, intentar cambiar el modelo turístico actual, y en general, organizar el pueblo para que sea un buen lugar para vivir (o visitar, pero con respeto).

Siendo realistas, sabemos que vamos a estar en la oposición. Y todos creo que sabemos lo duro -pero necesario- que es eso. En cualquier democracia es fundamental que incluso las minorías tengan representación, y que se vigile el poder.

Lo suyo sería presentar una lista de oposición unificada, pero no ha sido posible: los contactos que he tenido tanto con PSOE como con Vecinos han sido infructuosos (al menos por el momento).

Se agradecen ideas y propuestas, y si alguien está dispuesto a estar en la lista (nos falta todavía algunas personas para llenarla), puede escribir a plazuelanavaluenga@gmail.com para que yo le contacte.

Lena Pettersson

jueves, 24 de enero de 2019

Los mejores embajadores de la Naturaleza



El año pasado un amigo me regaló dos comederos para pájaros, que ahora están colgando de dos de los árboles que veo desde la ventana del salón-comedor. Cerca de ellos esperan cada mañana los “fijos”: herrerillos, carboneros, trepadores azules, pinzones comunes, algún petirojo, y otros visitantes esporádicos (un pinzón real, escribanos…).

Aunque tengo la suerte de vivir en el campo, ver a todos estos pájaros de cerca me ha supuesto una alegría añadida. Y una satisfacción de saber que ayudándoles a alimentarse en los días frías de invierno, y dejándoles comer insectos en primavera, verano y otoño sin ningún riesgo de que se envenenen en mi finca, contribuyo a mantener una población que está seriamente amenazada.

Sobre todo muchas aves ligadas a zonas agrarias están amenazadas: según datos de SEO/birdlife, en 2005, 14 especies de aves comunes estaban en declive, mientras que en 2017 lo estaban 38 especies – entre ellas la golondrina, el abejaruco, y el gorrión común. El descenso en las poblaciones tienen que ver con la pérdida de habitat, el uso de agroquímicos – es decir, venenos- y el cambio climático.


Hace poco se publicó una entrevista con el escritor estadounidense Jonathan Franzen en la revista digital de Sierra Club, en el que el autor de las novelas “Las correcciones”, “Libertad”, y “Pureza” habla -entre otras cosas- sobre la importancia de los pájaros para conectarnos con la naturaleza:

...Los pájaros son uno de los pocos aspectos de la naturaleza que se acercan a nosotros. Un pájaro visitará tu patio, y puedes tener un encuentro con él. Puede que no sepas nada de donde viene, pero allí está en tu árbol. Las aves son los mejores embajadores de la naturaleza (…). Por eso, aparte de su belleza, desde el punto de vista medioambiental es muy importante ayudar a la gente a ser consciente de ellas. El picogrueso pechicafé que vuelve a mi calle cada primavera, puedo decir el momento exacto de su llegada. Estoy sentado en mi estudio y de repente lo oigo cantar fuera de la ventana. Es imposible perdérselo: canta continuamente hasta el anochecer. Y seguirá cantando allí durante las siguientes seis semanas. Está completando su ciclo de vida en nuestra calle, y dependerá de otras cosas -insectos, plantas- que también están completando sus ciclos de vida. Y toda esa vida salvaje está todavía pasando justo delante de nuestras narices, si le prestamos atención...”

En un punto anterior de la entrevista, el escritor ha expresado su preocupación por el riesgo de que la gente llegue a estar tan desconectada de la naturaleza que deje de importarles:

...A medida que la naturaleza retrocede, por la expansión de los humanos, se reducen las oportunidades de tener un encuentro directo con ella. La naturaleza se convierte en una abstracción, algo “perdido” - y las abstracciones no pueden competir con el mundo virtual en el que ahora vivimos: el mundo de las redes sociales, de internet, de la publicidad en la televisión, y todas las mentiras que transmiten.

Lo que me da esperanza es ver a lo que la gente es capaz de hacer una vez que realmente lleguen a experimentar la naturaleza...”

Al final de la entrevista, el periodista le pregunta a Jonathan Franzen (que tiene fama de sólo participar en eventos literarios si están próximos a un parque natural con riqueza ornitológico), si cree que su relación con las aves le ha hecho mejor persona. Responde lo siguiente:

Siempre me ha importado el mundo natural, y solía sentir mucha rabia al ver como lo estamos agrediendo. Enamorarme de los pájaros significó encontrar algo positivo adonde dirigir mis sentimientos; encontrar algo que cuidar, en lugar de sentir enfado o culpa. No sé si me ha hecho meor persona, pero sí me ha convertido en una persona con la que estoy más contento estar. Ya no camino por el campo cabreado; ahora doy paseos diciendo “Ah, hola, te quiero””.



Lena

miércoles, 16 de enero de 2019

Ávila


   Lena Pettersson

Los programas "Lanzaderas de Empleo" ofrecen poca solución al problema del paro

Ya en su libro de 1947, "Ética y psicoanálisis", Erich Fromm describió las personas con predominio de "orientación mercantil". Estas personas se experimentan a si mismas a la vez como vendedores y como la mercancía en venta, y buscan imponer la propia personalidad en competencia con muchos otros individuos.

Esta actitud es la que se promueve cada día más en nuestro mundo, por ejemplo -según mi entender- en los programas "Lanzaderas". Financiados con fondos europeos, en teoría tienen como objetivo promover un "crecimiento integrador, luchar contra la pobreza, la exclusión social, y aprovechar la economía social para la recuperación económica".

 Sin embargo, es difícil ver como se conseguirá estos objetivos haciendo una selección de 20 de los casi 4.000 personas desempleadas en Ávila capital (unos 11.500 en la provincia), para que un “coach” les ayude a conocerse más a si mismos, y elaborar su “marca personal”.

Al menos a mí me resulta más fácil creer a los críticos que afirman que la mayor parte de las subvenciones sirven sobre todo para crear empleo casi exclusivamente para los que organizan los cursos.

***
Está ahora abierto el plazo para inscribirse en el programa “Lanzaderas de Empleo en Ávila”, que ayudará a mejorar la “empleabilidad” de 20 de las casi 4.000 personas desempleadas (registradas) que hay actualmente en Ávila capital.

El programa está destinada a hombres y mujeres de 18 a 60 años en situación de desempleo, de cualquier nivel formativo y sector laboral, con o sin experiencia laboral previa.

Es gestionado por la Fundación Santa María de la Real, en colaboración con Fundación Telefónica y el Ayuntamiento de Ávila. Es una de las 548 “lanzaderas” para las que a la Fundación Santa María le fueron asignadas en 2016 casi 13 millones de euros en ayudas del Fondo Social Europeo.

Las 20 personas seleccionadas, según la información publicada en la web del Ayuntamiento de Ávila, se reunirán varios días de la semana, para guíados por un “técnico especializado” de la Fundación Santa María de la Real llevar a cabo actividades destinadas a “optimizar su busqueda de trabajo: talleres de autoconocimiento e  inteligencia emocional para aprender a hacer un plan de búsqueda de trabajo y enfocar su objetivo;  actualización y modernización de currículos; simulaciones de entrevistas de trabajo y procesos de selección grupal. Además,  aprenderán nuevas técnicas de comunicación, marketing y marca personal; elaborarán un mapa de empleabilidad, realizarán visitas a empresas y organizarán encuentros con reclutadores y expertos para lograr su inserción laboral...”

En fin, se supone que aprenderán -”en una cultura colaborativa”- a venderse mejor en el mercado laboral, con cierta ventaja respecto a todos los demás desempleados, que no han recibido ayuda para perfeccionar su marca personal.

He querido saber un poco más del programa y de la fundación haciendo un repaso por internet. Todos los artículos y páginas que he leído hablan muy bien del programa – basicamente porque todos repiten lo que la misma fundación pone en su web.

Afirman que “casi el 60% de sus participantes mejoraron su situación laboral” - lo que no significa que el 60% encontraron trabajo; algunos quizá sí, y otros “promovieron su propio negocio” (no se sabe cuántos negocios han prosperado), o hicieron estudios para obtener “Certificados de Profesionalidad”.

Sin embargo, a mí me parece que la pretensión de las “lanzaderas” de ser una “alternativa y solución al momento actual de crisis económica global y elevadas tasas de paro”, no tiene ningún fundamento. Hay mucho paro (11.566 personas desempleadas en la provincia de Ávila según datos de SEPE del pasado diciembre; 3.833 de ellas en Ávila capital) no porque las personas en paro sean poco “empleables” o no tengan “inteligencia emocional”, sino porque faltan puestos de trabajo. Lo cerrada y opaca que es la sociedad abulense agrava el problema. Conozco a muchas personas, de diferentes edades, que son sumamente inteligentes, y amables, y responsables...pero que no son familiares o amigos de los que gobiernan o que influyen en las contrataciones, y por eso están obligados a irse de aquí, o a instalarse en la precariedad o la marginalidad.

Organizar talleres de “autoconocimiento e inteligencia emocional” para una selección de desempleados me parece que es tirar dinero público mientras la mentalidad de los gobernantes siga igual – mientras se siga fomentando unas desigualdades escandalosas, pagando millonadas a edificios no necesarios, fumigando las cunetas porque es más barato que segar la hierba (es decir, porque se necesita menos mano de obra), dando todo tipo de ayuda a las grandes empresas en lugar de apoyar a las pequeñas y medianas, centrando gran parte del tiempo y de los recursos a un sinfin de eventos e inauguraciones, repartiendo subvenciones y puestos de trabajo sin transparencia y criterios claros, fomentando minas y macrogranjas que destruyen otras actividades, etc.

Lena Pettersson

miércoles, 9 de enero de 2019

Recomiendo: el artículo de Ignacio Escolar "Las locas propuestas de VOX en Andalucía"




Por ejemplo:

(VOX:) “Supresión de las subvenciones a las asociaciones y ONGs ideológicas (todas aquellas dedicadas a la promoción de determinada visión ideológica) independiente-mente de su naturaleza comunista, feminista, progresista, liberal o conservadora”.

(Ignacio Escolar:) Como, por ejemplo, la Fundación para la Defensa de la Unidad de España, que presidía Santiago Abascal durante los años en los que recibió 207.375 euros en subvenciones de la Comunidad de Madrid.

domingo, 6 de enero de 2019

Los impactos negativos de las macrogranjas porcinas que la Consejera de Agricultura prefiere ignorar

Es impresionante la cantidad de falsedades y afirmaciones absurdas que los políticos en el poder en Castilla y León pueden expresar sin que los periodistas se paren a cuestionar nada.

En un artículo enviado desde SPC y publicado tal cual en el Diario de Ávila y otros periódicos de CyL el pasado viernes, la Consejera de Agricultura Milagros Marcos se explaya sobre los beneficios que -según ella- las grandes granjas de cerdos generan para el territorio.

Según la consejera, las “macrogranjas” no existen, ya que la palabra tiene connotaciones peyorativas, y ella afirma que las explotaciones que hay son “competitivas y bien dimensionadas”.


Los últimos años han proliferado las explotaciones intensivas, y actualmente hay más de 30 millones de cerdos en España, que generan más de 60 millones de metros cúbicos de estiercol al año. Nuestro país es el tercer exportador de carne de cerdo del mundo, detrás de EE.UU y China. 90% de los cerdos se crian “en intensivo” - es decir confinados en “fábricas de carne” sin salir nunca, sin apenas poder moverse- y las granjas son cada vez más grandes y concentradas en menos manos.

Entre 2016 y 2017 en Castilla y León se presentaron 200 proyectos de explotaciones intensivas de cerdos, y del centenar de autorizaciones y evaluaciones de impacto ambientales publicados en la página de la Junta en el último medio año, casi todos son de explotaciones porcinas.


Aunque mucho menos que en la vecina Segovia, en la provincia de Ávila han surgido ultimamente varios proyectos de creación o ampliación de explotaciones, como por ejemplo en Fontiveros (3.699 plazas), Fuente del Año (2.484), Herrero de Suso (2.100), Madrigal de las Altas Torres, Cisla…

Para la consejera, los que se oponen a estas granjas son “populistas” que “desinforman” y “demonizan la actividad ganadera” por “cuestionen ideológicas”.

Estos son algunos datos y aspectos que Milagros Marcos debe de considerar como “desinformación” (o al menos irrelevantes) - algunos encontrados en instituciones tan populistas como la Comisión Europea, la FAO, o la Universidad Católica de Ávila.

Un informe publicado el pasado verano por la FAO y el Instituto Internacional de Gestión del Agua (IWMI), “More people, more food, worse water”, conluye que la contaminación de las aguas tienen tres fuentes principales: el uso excesivo de fertilizantes sintéticos, el abuso de pesticidas, y la ganadería y los purines que genera.

España vulnera los límites permitidos de emisión de amoniaco, con un exceso de 30% respecto a lo que establece la normativa europea. En su análisis, la Comisión Europea afirma que 96% de las emisiones provienen del sector agrario, y que las dos fuentes principales son las granjas porcinas y los fertilizantes sintéticos. En el Registro Estatal de emisiones también se constata que, de las 2.500 empresas cuyas emisiones rebasaron lo permitido en los últimos 10 años, 94% eran granjas de cerdos.


Las granjas de cria intensiva agravarán el problema de la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por nitratos, ya existente en gran parte de la provincia de Ávila Un trabajo hecho en la Universidad Católica de Ávila y presentado en CONAMA en 2009, muestra que en la Moraña (donde están ubicadas la mayoría de las granjas) se encontraron unos niveles medios de 111 mg de NO3 por litro de agua, y máximos de 1203 mg.


La legislación Española y de la UE ha establecido el límite de 50 mg/l como el máxime para el consumo humano. Sin embargo, otras administraciones como la Agencia para la Protección del Medio Ambiente Norteamericana (EPA) situa este límite en 10 mg/l.

El consumo de agua con altas concentraciones de nitratos inhibe el transporte de oxígeno en la sangre, y es especialmente peligroso para los niños. También hay varios estudios científicos que relacionan un consumo a largo plazo de agua con concentraciones de nitratos que aquí se consideran bajas (5-10 mg/l) con un aumento de riesgo de sufrir hipotiroidismo, y cancer de varios órganos como estómago, vejiga, ovarios, y colon. Este riesgo aumenta aún más en personas que consumen mucha carne roja, como suele ser el caso aquí.

En un informe de la misma Junta de Castilla y León del 2016, casi todos los municipios de la Moraña están entre los 716 municipios que se considera deban ser designados como zonas vulnerables, algo que debería recoger un decreto que la Junta sin embargo parece reticente a promulgar.


Además está el problema de la sobreexplotación de los acuíferos. Los municipios de Fontiveros, Madrigal de las Altas Torres, Cisla y Fuente del Año están todos declarados como “Zonas No Autorizadas” en el Plan Hidrológico del Duero. En estas zonas no se deben autorizar nuevas extracciones de agua subterránea hasta que no se “superen los actuales desequilibrios hidrológicos”.

En las granjas de engorde de cerdos, en su corta vida cada animal consume unos 5 metros cúbicos de agua, y genera unos 2 metros cúbicos de purines.

En estos purines también suele haber residuos de todo tipo, por ejemplo de antibióticos. En la EU el uso de antibióticos como “promotores de crecimiento” está prohibido desde el año 2006, pero todavía se utiliza de manera profiláctica, para prevenir enfermedades.

Según el informe de la organización Food & Water Europe, España tiene el consumo más alto de antibióticos de la Unión Europea. En 2014, una tercera parte de todos los antibióticos para uso animal en la UE se vendía aquí, y la industria ganadera (sobre todo porcina y avícola) los utiliza en una concentración tres veces más alta por kilo de carne que en Alemania, y diez veces más alta que en Dinamarca.

En el artículo en Diario de Ávilase puede leer que “Marcos cifra en un 40 por ciento la población adicional que hay en aquellos lugares donde existen explotaciones de porcino bien dimensionadas”. Sin embargo, para mucha gente, las granjas “bien dimensionadas” son justamente las granjas pequeñas que han ido desapareciendo, y que sí creaban empleo. En cambio, las grandes explotaciones intensivas y muy mecanizadas necesitan muy poca mano de obra: basta con un empleado para criar varios miles de cerdos. Según un informe de COAG del 2015, citado por Food & Water Europe, 70 a 80% de los costes de producción en estas granjas va a la alimentación – sobre todo soja importado – mientras que los costes laborales sólo suponen unos 2% del total.

En una entrevista el verano pasado, la consejera daba unas cifras aún más exageradas: 90% de población adicional.

Los crecientes movimientos contra las macrogranjas afirman que es al revés: donde se instalan estas explotaciones se acentúa el problema de la despoblación. ¿Quién va a querer vivir en un lugar lleno de malos olores y agua contaminada, y más sabiendo que cerca hay miles de seres vivos que sufren unas horribles condiciones de vida,y muerte... (como han documentado varias organizaciones de Derecho Animal)?

Pero Milagros Marcos prefiere pensar que “Espana es uno de los países más exigentes a la hora de establecer las condiciones y requisitos desde el punto de vista ambiental, de calidad y sanitario”, eligiendo ignorar que las normativas existentes han sido transpuestos -obligatoriamente- de directivas europeas, y que faltan controles y garantías de que realmente se cumplan.

Aunque quizá en algún punto Marcos tiene razón: es posible que las personas que nos oponemos a las macrogranjas (que sí existen) compartimos una ideología, un sistema de ideas y valores. Por ejemplo los siguientes:

- Los animales son seres vivos, y se debe limitar su sufrimiento todo lo posible.
- Unos beneficios privados no justifican la contaminación y degradación del aire, suelo y agua.
- Se debe fomentar las actividades que son sostenibles y que realmente generan empleo.


Lena Pettersson

martes, 1 de enero de 2019

"Siempre me he identificado con El Otro". Entrevista con Miguel Tofiño Vian, escritor de literatura fantástica

Debo apresurarme. El tiempo demuele los imperios y las montañas. Sus brazos son los ríos que esculpen las cuencas; su vientre es el océano que, con cada respiración, erosiona la tierra. En sus manos somos barro, arcilla que moldear. El tiempo es espuma de mar. Y dulce como su arrullo, nos recuerda que estamos vivos; agónico como el amor, su rostro es la faz de la muerte. El tiempo…
El tiempo ha posado su mirada en mí.
Debo contar esta historia antes de que Maya me alcance. O quizá su velo haya cubierto mis ojos desde que tengo uso de razón. Así lo afirman los grandes maestros de los Vedas.
Que seas tú, lector, quien juzgue mis palabras.


Así empieza el cuento “El sabor de la eternidad”, uno de los siete cuentos de terror que conforman la antología “No hay brujas buenas”, de la editorial Ronin Literario. Transcurre en una India imaginaria, y es un ingenioso e inquietante relato sobre la identidad, la locura, y las dudas acerca de la realidad.

Está escrito por Miguel Tofiño Vian, nativo de Navaluenga, aunque vive en Valencia desde el año 2008. Estos días ha vuelto al pueblo a pasar las navidades con su familia, y aprovecho para hacerle una entrevista.

A Miguel le conocí cuando estaba estudiando el bachillerato en el instituto de Navaluenga, y dábamos clases particulares de conversación en inglés un día a la semana. Teníamos conversaciones muy interesantes sobre un sinfín de temas, pero sobre todo hablábamos de filosofía y de literatura. Ya entonces escribía, y a veces me dejaba leer fragmentos de lo que años más tarde sería su primera novela publicada: “Mester de Juglaría”, en la editorial Valinor (2016).


No sabe decir cuándo empezó a leer; es algo tan suyo que le parece que siempre lo ha hecho. Sí recuerda que a los 10 años leyó la saga del Señor de los Anillos, de Tolkien, y los libros de Harry Potter.

- Eran libros que conseguían hacer lo extraordinario creíble, y encajaban muy bien en el paisaje montañoso de aquí. Además, en el primer libro de Harry Potter el protagonista tiene la misma edad que yo cuando lo leí por primera vez, y era muy fácil identificarse con él. Todos los chicos que leíamos Harry Potter deseábamos secretamente que nos llegara la carta de Hogwarts.

Uno de los temas principales de los escritos de Miguel es la búsqueda de uno mismo, de su identidad. Una búsqueda que en Mester de Juglaría pasa por bastantes aventuras y peligros, pero también -o sobre todo- por el amor, y por las pérdidas.

Aunque de forma menos dramática, Miguel ha hecho su propio viaje de descubrimiento.

Al terminar el bachillerato, sabía que tenía que irse adonde nadie le conociera. Y ya que pertenece a esta minoría de personas que se niega a elegir entre Ciencia y Letras, sino que quiere abrazar las dos, se fue a Valencia a estudiar Biotecnología. Pero nunca abandonó sus otros intereses.

- Necesitaba saber quién era yo, en mis propios términos, y por eso necesitaba vivir el desarraigo, estar solo y tener espacio mental, sin que el entorno me definiera. Es la experiencia antropológica, en realidad: viajar “lejos” para conocerse a uno mismo. Aunque claro, también el encuentro con los demás fue importante; de hecho fue lo mejor de todo. Conocer a personas maravillosas con las que crecer y compartir.

- Recuerdo el primer año de carrera, llegar allí y al tiempo pensar: “Madre mía, qué de prejuicios tengo”, y me tuve que deshacer, para luego reconstruirme.

Le pregunto qué prejuicios se descubrió.

- Me di cuenta de que arrastraba muchos prejuicios machistas. Y no sólo yo: están muy extendidos -también en el mundo académico- y se expresan de muchísimas maneras. Una de ellas es el menor valor que se da a la voz de las mujeres, a lo que dicen. Yo mismo lo hacía. En general, a un hombre se le presta mucho más atención incluso cuando dice algo que una mujer acaba de expresar. Lo pude ver directamente, sin tapujos. Darme cuenta de ello requirió esfuerzo, pero después no me ha dejado de asombrar. Fue como reconfigurar mi cerebro.

- También era muy egocéntrico. En el pueblo había sido muy consciente de ser diferente, y tardé en ver que en Valencia no era así. Además, muchas de mis ideas eran muy simples, y no estaba acostumbrado ni preparado para contemplarlas desde muchos puntos de vista.

A la vez que estudiaba, seguía leyendo y escribiendo, y en el segundo año de la carrera descubrió un libro que ha sido importante en su trayectoria: “Los hijos de medianoche”, de Salman Rushdie.

- Hasta leer “Los hijos de medianoche”, me había fijado sobre todo en el argumento de los libros, pero con Rushdie descubrí la importancia del lenguaje; descubrí la libertad que se puede alcanzar a través del lenguaje, y además, lo divertido que es jugar con él. Lo gracioso es estuve a punto de abandonar el libro: lo leía tan despacio para saborear y disfrutar de las palabras que creía que nunca lo iba a terminar.

En 2012 Miguel se licenció en Biotecnología. Luego hizo un máster en Biomedicina, y hace unas semanas se doctoró en Biomedicina y Farmacia por la Universidad de Valencia.

Dice que le fascina la complejidad de los sistemas biológicos, su elegancia y su perfección; que siempre ha querido conocer las cosas por dentro, y que la mentalidad científica le parece algo muy valioso.

Cuando le pido que defina esa mentalidad científica se queda un momento pensando – algo que por otro lado es muy característico de él; se toma las preguntas en serio, y no responde nunca de forma rutinaria.

- Creo que la mentalidad científica tiene varios ingredientes: un espíritu crítico, una conciencia y método para manejar las ideas, mucha paciencia, cautela, autocrítica... Cumplir a rajatabla los dos pilares: reproducibilidad y falsabilidad. Y sobre todo algo que no se menciona tanto: la capacidad para maravillarse ante lo desconocido primero; y el descubrimiento después.

Cuando comento que todo esto parece muy alejado de la mentalidad dominante en la sociedad hoy en día, está de acuerdo, y añade:

- De todos modos hay muchos científicos que no tienen mentalidad científica, que es algo que se está perdiendo. En la carrera me hubiera gustado estudiar filosofía de la ciencia -que ahora no existe ni como tema propio- pero siento que, en general, las carreras son cada vez más técnicas y menos científicas.

Hace un par de años empezó también a estudiar Antropología Social y Cultural, por la UNED, a distancia.

Siempre le había interesado la Historia, pero al ver el plan de estudios le pareció muy aburrido, por estar casi completamente centrado en España. Y lo que le atraía a Miguel eran las culturas diferentes, los otros.

-Siempre me he identificado con “el otro”; en el pueblo “el otro” era yo. Además, de pequeño me sentía muy tonto, como que no terminaba de comprender por qué la gente hacía todas esas cosas que yo veía. Muchas me parecían absurdas pero para los demás eran tan naturales... En Antropología uno estudia un gran abanico de formas de organizarse, relacionarse y vivir, qué sentido tienen esas formas y cómo han evolucionado. Fue como encontrar un segundo refugio, un respiro. Además, me permitió confirmar muchas de las ideas que antes intuía sobre el funcionamiento del mundo, y me sorprendió el rigor científico en una carrera supuestamente de “Humanidades”. Fue en Lingüística donde estudié, por primera vez, la base intelectual del método científico. Y lo mejor de todo es que encontré una fuente brutal de inspiración.

Esta inspiración queda muy patente en Donde los sueños perviven, el relato con el que el verano pasado ganó -junto con otra escritora- el concurso de la revista Windumanoth, donde está publicado.

Porque mientras estudiaba, siempre seguía leyendo y escribiendo. Hace dos meses envió el manuscrito de una novela a una editorial (está todavía esperando la respuesta) y ya ha empezado su nueva novela, a la vez que está juntando argumentos para futuros cuentos.

Aparte de Rushdie, hay varios escritores que han sido muy importantes en su trayectoria. Menciona al polaco Andrzej Sapkowski, por cómo este ataca a los estereotipos de género. También Patrick Rothfuss, de quien destaca su sensibilidad estilística, o el libanés Amin Maalouf.

Y sobre todo a Ursula K. Le Guin, cuya muerte en enero de 2018 le hizo sentir que había perdido a una amiga íntima.

- Ella era de un espíritu libre y rebelde: eligió escribir ciencia ficción y fantasía, géneros despreciados dentro del mundo literario, y además de una tradición muy masculina. En todos sus escritos se ve un interés muy antropológico, una defensa a ultranza de los desfavorecidos, y en casi todos subyace una inspiración taoísta. La Naturaleza también tiene importancia en su vida y en su obra… Eran temas e intereses con los que coincidía completamente, y me asombró ese nivel de coincidencia. Aún me sigue sorprendiendo. Rushdie me regaló la libertad, y Le Guin le dio un propósito: la seguridad que necesitaba para saber que estaba tomando el camino correcto.

Aunque el libro de “Los desposeídos” de Le Guin también supuso cierta “crisis” para Miguel.

- Para mí es un libro perfecto, técnica y artísticamente. Una “novela total”, como dice Rosa Montero. Es el libro que me gustaría escribir, y descubrí ya estaba escrito… Me pregunté si realmente tenía sentido seguir escribiendo después de haberlo leído.

Pero afortunadamente Miguel Tofiño Vian sigue escribiendo. Porque es su camino: a través de las palabras explorar, descubrir, y compartir.


Lena Pettersson