miércoles, 16 de enero de 2019

Los programas "Lanzaderas de Empleo" ofrecen poca solución al problema del paro

Ya en su libro de 1947, "Ética y psicoanálisis", Erich Fromm describió las personas con predominio de "orientación mercantil". Estas personas se experimentan a si mismas a la vez como vendedores y como la mercancía en venta, y buscan imponer la propia personalidad en competencia con muchos otros individuos.

Esta actitud es la que se promueve cada día más en nuestro mundo, por ejemplo -según mi entender- en los programas "Lanzaderas". Financiados con fondos europeos, en teoría tienen como objetivo promover un "crecimiento integrador, luchar contra la pobreza, la exclusión social, y aprovechar la economía social para la recuperación económica".

 Sin embargo, es difícil ver como se conseguirá estos objetivos haciendo una selección de 20 de los casi 4.000 personas desempleadas en Ávila capital (unos 11.500 en la provincia), para que un “coach” les ayude a conocerse más a si mismos, y elaborar su “marca personal”.

Al menos a mí me resulta más fácil creer a los críticos que afirman que la mayor parte de las subvenciones sirven sobre todo para crear empleo casi exclusivamente para los que organizan los cursos.

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Está ahora abierto el plazo para inscribirse en el programa “Lanzaderas de Empleo en Ávila”, que ayudará a mejorar la “empleabilidad” de 20 de las casi 4.000 personas desempleadas (registradas) que hay actualmente en Ávila capital.

El programa está destinada a hombres y mujeres de 18 a 60 años en situación de desempleo, de cualquier nivel formativo y sector laboral, con o sin experiencia laboral previa.

Es gestionado por la Fundación Santa María de la Real, en colaboración con Fundación Telefónica y el Ayuntamiento de Ávila. Es una de las 548 “lanzaderas” para las que a la Fundación Santa María le fueron asignadas en 2016 casi 13 millones de euros en ayudas del Fondo Social Europeo.

Las 20 personas seleccionadas, según la información publicada en la web del Ayuntamiento de Ávila, se reunirán varios días de la semana, para guíados por un “técnico especializado” de la Fundación Santa María de la Real llevar a cabo actividades destinadas a “optimizar su busqueda de trabajo: talleres de autoconocimiento e  inteligencia emocional para aprender a hacer un plan de búsqueda de trabajo y enfocar su objetivo;  actualización y modernización de currículos; simulaciones de entrevistas de trabajo y procesos de selección grupal. Además,  aprenderán nuevas técnicas de comunicación, marketing y marca personal; elaborarán un mapa de empleabilidad, realizarán visitas a empresas y organizarán encuentros con reclutadores y expertos para lograr su inserción laboral...”

En fin, se supone que aprenderán -”en una cultura colaborativa”- a venderse mejor en el mercado laboral, con cierta ventaja respecto a todos los demás desempleados, que no han recibido ayuda para perfeccionar su marca personal.

He querido saber un poco más del programa y de la fundación haciendo un repaso por internet. Todos los artículos y páginas que he leído hablan muy bien del programa – basicamente porque todos repiten lo que la misma fundación pone en su web.

Afirman que “casi el 60% de sus participantes mejoraron su situación laboral” - lo que no significa que el 60% encontraron trabajo; algunos quizá sí, y otros “promovieron su propio negocio” (no se sabe cuántos negocios han prosperado), o hicieron estudios para obtener “Certificados de Profesionalidad”.

Sin embargo, a mí me parece que la pretensión de las “lanzaderas” de ser una “alternativa y solución al momento actual de crisis económica global y elevadas tasas de paro”, no tiene ningún fundamento. Hay mucho paro (11.566 personas desempleadas en la provincia de Ávila según datos de SEPE del pasado diciembre; 3.833 de ellas en Ávila capital) no porque las personas en paro sean poco “empleables” o no tengan “inteligencia emocional”, sino porque faltan puestos de trabajo. Lo cerrada y opaca que es la sociedad abulense agrava el problema. Conozco a muchas personas, de diferentes edades, que son sumamente inteligentes, y amables, y responsables...pero que no son familiares o amigos de los que gobiernan o que influyen en las contrataciones, y por eso están obligados a irse de aquí, o a instalarse en la precariedad o la marginalidad.

Organizar talleres de “autoconocimiento e inteligencia emocional” para una selección de desempleados me parece que es tirar dinero público mientras la mentalidad de los gobernantes siga igual – mientras se siga fomentando unas desigualdades escandalosas, pagando millonadas a edificios no necesarios, fumigando las cunetas porque es más barato que segar la hierba (es decir, porque se necesita menos mano de obra), dando todo tipo de ayuda a las grandes empresas en lugar de apoyar a las pequeñas y medianas, centrando gran parte del tiempo y de los recursos a un sinfin de eventos e inauguraciones, repartiendo subvenciones y puestos de trabajo sin transparencia y criterios claros, fomentando minas y macrogranjas que destruyen otras actividades, etc.

Lena Pettersson

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