Ya
en su libro de 1947, "Ética y psicoanálisis", Erich Fromm
describió las personas con predominio de "orientación
mercantil". Estas personas se experimentan a si mismas a la vez
como vendedores y como la mercancía en venta, y buscan imponer la
propia personalidad en competencia con muchos otros individuos.
Esta
actitud es la que se promueve cada día más en nuestro mundo, por
ejemplo -según mi entender- en los programas "Lanzaderas". Financiados
con fondos europeos, en teoría tienen como objetivo promover un
"crecimiento integrador, luchar contra la pobreza, la
exclusión social, y aprovechar la economía social para la
recuperación económica".
Sin
embargo, es difícil ver como se conseguirá estos objetivos haciendo
una selección de 20 de los casi 4.000 personas desempleadas en Ávila
capital (unos 11.500 en la provincia), para que un “coach”
les ayude a conocerse más a si mismos, y
elaborar su “marca personal”.
Al
menos a mí me resulta más fácil creer a los críticos que afirman
que la mayor parte de las subvenciones sirven sobre todo para crear
empleo casi exclusivamente para los que organizan los cursos.
***
Está
ahora abierto el plazo para inscribirse en el programa “Lanzaderas
de Empleo en Ávila”, que ayudará a mejorar la “empleabilidad”
de 20 de las casi 4.000 personas desempleadas (registradas) que hay
actualmente en Ávila capital.
El
programa está destinada a hombres y mujeres de 18 a 60 años en
situación de desempleo, de cualquier nivel formativo y sector
laboral, con o sin experiencia laboral previa.
Es
gestionado por la Fundación Santa María de la Real, en colaboración
con Fundación Telefónica y el Ayuntamiento de Ávila. Es una de las
548 “lanzaderas” para las que a la Fundación Santa María le
fueron asignadas en 2016 casi 13 millones de euros en ayudas del
Fondo Social Europeo.
Las
20 personas seleccionadas, según la información publicada en la web
del Ayuntamiento de Ávila, se reunirán varios días de la semana,
para guíados por un “técnico especializado” de la Fundación
Santa María de la Real llevar a cabo actividades destinadas a
“optimizar su
busqueda de trabajo: talleres de autoconocimiento e
inteligencia emocional para aprender a hacer un plan de búsqueda de
trabajo y enfocar su objetivo; actualización y modernización
de currículos; simulaciones de entrevistas de trabajo y procesos de
selección grupal. Además, aprenderán nuevas técnicas de
comunicación, marketing y marca personal; elaborarán un mapa de
empleabilidad, realizarán visitas a empresas y organizarán
encuentros con reclutadores y expertos para lograr su inserción
laboral...”
En
fin, se supone que aprenderán -”en
una cultura colaborativa”-
a venderse mejor en el mercado laboral, con cierta ventaja respecto a
todos los demás desempleados, que no han recibido ayuda para
perfeccionar su marca
personal.
He
querido saber un poco más del programa y de la fundación haciendo
un repaso por internet. Todos los artículos y páginas que he leído
hablan muy bien del programa – basicamente porque todos repiten lo
que la misma fundación pone en su web.
Afirman
que “casi
el 60% de sus participantes mejoraron su situación laboral”
- lo que no significa que el 60% encontraron trabajo; algunos quizá
sí, y otros “promovieron
su propio negocio”
(no se sabe cuántos negocios han prosperado), o hicieron estudios
para obtener “Certificados de Profesionalidad”.
Sin
embargo, a mí me parece que la pretensión de las “lanzaderas”
de ser una “alternativa
y solución al momento actual de crisis económica global y elevadas
tasas de paro”,
no tiene ningún fundamento. Hay mucho paro (11.566 personas
desempleadas en la provincia de Ávila según datos de SEPE del
pasado diciembre; 3.833 de ellas en Ávila capital) no porque las
personas en paro sean poco “empleables” o no tengan “inteligencia
emocional”, sino porque faltan puestos de trabajo. Lo cerrada y
opaca que es la sociedad abulense agrava el problema. Conozco a
muchas personas, de diferentes edades, que son sumamente
inteligentes, y amables, y responsables...pero que no son familiares
o amigos de los que gobiernan o que influyen en las contrataciones, y
por eso están obligados a irse de aquí, o a instalarse en la
precariedad o la marginalidad.
Organizar
talleres de “autoconocimiento e inteligencia emocional” para una
selección de desempleados me parece que es tirar dinero público
mientras la mentalidad de los gobernantes siga igual – mientras se
siga fomentando unas desigualdades escandalosas, pagando millonadas a
edificios no necesarios, fumigando las cunetas porque es más
barato
que segar la hierba (es decir, porque se necesita menos
mano de obra),
dando todo tipo de ayuda a las grandes empresas en lugar de apoyar a
las pequeñas y medianas, centrando gran parte del tiempo y de los
recursos a un sinfin de eventos e inauguraciones, repartiendo
subvenciones y puestos de trabajo sin transparencia y criterios
claros, fomentando minas y macrogranjas que destruyen otras
actividades, etc.
Lena Pettersson
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