¿Sí
la gente conociera de fondo la actividad del PP, seguiría siendo el
partido más votado en Ávila y Castilla y León?
Hace
un par de semanas el Grupo Popular presentó su proposición para
modificar la Ley de Urbanismo en Castilla y León (Ley 5/1999), con
el objetivo de facilitar las autorizaciones de actividades mineras
incluso en espacios naturales protegidos.
Se
puede leer la proposición, y comentarla, ya que está en período de
“participación pública”:
El
artículo 25 de la Ley de Urbanismo, sobre Autorización
de uso en suelo rústico, establece tres categorías de usos
excepcionales: los permitidos, los sujetos a autorización de la
Administración de la Comunidad Autónomo, y los prohibidos.
Este
es el apartado que no le gusta al Grupo Popular:
c)
Usos prohibidos: los incompatibles con la protección de cada
categoría de suelo rústico, y en todo caso los que impliquen un
riesgo relevante de erosión o deterioro ambiental.
En
lugar de eso, quieren que los usos prohibidos sean “los usos no
citados en los apartados anteriores”.
Y
esos usos, en la modificación propuesta por el PP, abarcan una larga
lista de actividades, incluídas las “Actividades extractivas de
rocas y minerales industriales, minería metálica, rocas
ornamentales y productos de cantera, así como las construcciones e
instalaciones vinculadas a las mismas. Asimismo, el sector de las
aguas minerales y termales”.
El
PP quiere que estas actividades se puedan autorizar incluso en zonas
naturales protegidas. Los únicos que no se podrían autorizar en
esas zonas son “el resto de actividades no incluídas en el
apartado anterior”.
Recordamos
que cuando la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León
en Ávila informó desfavorablemente del proyecto de mina de
feldespato LEITO en la Sierra de Ávila lo hizo por dos motivos: por
la afección a las aguas superficiales y subterráneas, y por no
adaptarse a la legislación vigente sobre Urbanismo. Con la
pretendida modificación del PP, ¿también se habría descartado el
proyecto?
El
Grupo Popular tiene 42 de los 84 Procuradores en el Parlamento
autonómico, PSOE tiene 25, Podemos 10, Ciudadanos 5, y el Grupo
Mixto (IU-Equo y Unión del Pueblo Leonés) tiene 2.
La
proposición afirma que “el uso extractivo cabe en suelo rural,
siempre y cuando este se desarrolle vinculado a la utilización
racional de los recursos naturales”.
En
otro documento, ESTRATEGIA DE RECURSOS MINERALES DE CASTILLA Y LEÓN
(2016-2020) se puede ver claramente lo que significa “racional”
para la Junta de Castilla y León.
Allí
se afirma que:
“Actualmente
la actividad minera en Castilla y León está muy condicionada y
limitada por el ordenamiento jurídico vigente, particularmente por
la legislación de carácter medioambiental y urbanística. Las
normativas medioambientales y urbanísticas que se han desarrollado
en los últimos años están dificultando el acceso y el desarrollo
de la actividad minera (…). Estas normativas en ocasiones
contradicen lo establecido en la legislación minera vigente. (Ley
22/1973, de 21 de julio, de Minas y la Ley 34/1998, de 7 de octubre,
del Sector de Hidrocarburos).”
Aparece
varias veces esta queja de que las nuevas normativas contradigan la
Ley de Minas de 1973, una ley hecha cuanda España todavía era una
dictadura.
Por
eso los autores de la Estrategia quiere que las Consejerías
competentes en materia minera, medioambiental y urbanística se
coordinen “con la finalidad de no cercenar el desarrollo actual
y futuro de la minería”.
No
para afrontar el reto del cambio climático, la pérdida de
biodiversidad, el despoblamiento rural…No. Sólo para asegurar que
se puedan explotar los minerales de la tierra.
En
la Estrategia también hay un análisis DAFO. Estos son algunos de
los Desafíos, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades que recoge el
documento (los comentarios entre parńetesis) son míos.
Dos
FORTALEZAS:
–
“Regiones con alto grado
de despoblación, en donde la actividad minera puede contribuir
a la fijación activa” (…como siempre, sin analizar las
actividades existentes ya que quedarían perjudicadas, y sin
preguntarse cuánta gente realmente desearía vivir en una región
minera).
–
Predominio de explotaciones
ambientalmente sostenibles (¿dónde hay algún estudio
rigoroso?)
Una
DEBILIDAD:
– “Trabajos
con alto riesgo de accidentes y sometido a condiciones propensas a
enfermedades” (una minucia, vaya, ni siquiera digna de ser
expresada de forma correcta: ¿quién está sometido? ¿El riesgo? Y
¿las condiciones son propensas a enfermedades?)
Una
OPORTUNIDAD:
– “Comunidad
con un alto potencial turístico de interior y cultural. Posibilidad
de ampliar la oferta cultural con la divulgación del patrimonio
minero” (en lugar de ir a dar un paseo por el pinar, y luego a
comer en algún pueblo bonito y tranquilo, ¡vamos a ver una
cantera!)
Una
AMENAZA:
– “Falta
de concienciación de la importancia social y económica de la
actividad minera” (claro, siempre nos dicen que somos unos
inconscientes e ignorantes cuando no estamos de acuerdo con los
intereses de los que tienen el poder).
Lena Pettersson
Valdecasa, en la Sierra de Avila, una de las localidades al que habría afectado el proyecto LEITO. |