Ayer fui con unos amigos a Candeleda, para asistirse a una actividad dentro del II Festival de Grullas, en la que los ornitólogos Paula y Juan nos mostraban y explicaban el cómo y porqué del anillamiento científico de aves. Copio un extracto de la hoja que nos dieron:
El anillamiento científico de aves comenzó a practicarse hace más e 100 años como una forma de conocer de dónde procedían las aves que pasan parte del tiempo en Europa. Con el tiempo, se convirtió en una herramienta muy utilizada por los científicos para conocer múltiples aspectos de la vida de las aves silvestres, como cuántos años viven, cuánto pesan, qué diferencias hay entre machos y hembras, o cómo varian los tamaños poblacionales entre años. (...)
Cada anilla lleva un número a modo de DNI y una dirección o remite de contacto.
Currucas capirotadas creo que se llamaban estos, y eran un macho y una hembra. Uno era jóven y el otro adulto, lo que se detecta por las plumas, sabiendo que los adultos cambian todo el plumaje cada año, mientras que los jóvenes lo hacen de sólo una parte.
Con todas las amenazas que sufren las aves -venenos por todas partes, cada vez menos insectos para comer, destrucción de habitat, cambio climático, caza, etc- alegra saber que haya personas que se preocupan por su conservación: que pongan nidos y comederos, o que trabajen para que se conzcan mejor a estos seres tan bellos.
Paula y Juan también organizan rutas ornitólogas. Hay más información en su página:
Lena
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