· TU: El CETA amenaza los derechos de
las/los ciudadanas/os, las normas ambientales, la protección de las/los
consumidores y coloca el interés de las grandes corporaciones sobre el de las
pequeñas empresas locales.
· ASISTENTE: Sabemos que los enemigos del libre comercio están muy ocupados en difundir
semejantes acusaciones generales, pero éstas se basan en la oposición general a
la globalización y en miedos emotivos y no en la redacción actual del texto del acuerdo. El aislacionismo no
es una solución. Tenemos que establecer normas para la globalización. EL CETA
es el mejor acuerdo comercial que la UE jamás negoció.
· TU: El CETA es un largo listado de cosas que los gobiernos y parlamentos noestarían autorizados a hacer. Por ejemplo, luchar
contra el cambio climático. O contra la desigualdad social. O reglamentar los
bancos, revocar privatizaciones fracasadas, enfrentar cualquier otro problema
acuciante de nuestros tiempos. Y el CETA puede forzar a los gobiernos a pagar
indemnizaciones por querer seguir adelante con aquellas políticas por las cual
fueron elegidos por sus ciudadanos. ¿Es esto lo mejor que la señora diputada/
el señor diputado puede hacer para sus ciudadanos?
Esto es el extracto de una hipotética conversación telefónica entre un ciudadano y el/la asistente de un/a eurodiputad@, que STOP TTIP ha elaborado para animarnos a llamar a nuestros supuestos representantes en el Parlamento Europeo, para intentar convencerlos a votar en contra de la CETA el miércoles que viene.
Para informarse sobre las consecuencias de este tratado antidemocrático, recomiendo esta página: https://stop-ttip.org/es/blog/haz-el-ceta-check/ . Pongo aquí algunos extractos más de la página:
· Los parlamentos solo
podrán decir sí o no al CETA. Con ello se comprometen, sin embargo, a que
las 2270 páginas del acuerdo entren íntegramente en vigor.
· El CETA fortalece a la
industria de semillas con respecto a los campesinos. Muchas empresas
agrícolas europeas utilizan semillas propias para el cultivo de cereales. Esto
no agrada a las multinacionales como Monsanto, que prefieren cobrar todos los
años sus regalías. Y además tendrían que comprobar que los campesinos están
utilizando semillas licenciadas. El artículo 20.36 del CETA les regala lo que
el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) les niega desde hace
décadas: la inversión de la carga de la prueba. En el futuro incumbirá a los
campesinos probar que sus semillas no están licenciadas. Si no lo consiguen,
tienen que pagar.
· Las empresas acuden al
arbitraje para combatir los derechos sociales. Derechos especiales para inversores,
como el ICS en el CETA, refuerzan las posibilidades de las grandes empresas
para imponer sus intereses. Por ejemplo, la empresa francesa Veolia en este momento está
demandando al Estado egipcio para recibir una indemnización por causa de la
introducción de un salario mínimo. Para los trabajadores así será
cada vez más difícil luchar por condiciones mejores.
· El CETA destruye
empleo.
Los pronósticos económicos prevén, en el mejor de los casos, solo un ligero
aumento del empleo, inferior al 0,02 % a lo largo de 10 años. Estudios menos
positivos anuncian una pérdida de 200 000 puestos de trabajo en la Unión
Europea. No todos los que hoy hacen salchichas son capaces de exportar mañana
servicios de construcción. Los pronósticos, por tanto, parten
del principio que habrá un aumento del desempleo de larga duración.
· El CETA impide la
protección climática. La industria canadiense tiene un gran interés en exportar
petróleo de arenas bituminosas. Pero las arenas bituminosas son uno de los
combustibles más sucios y una gran amenaza para el clima. Ya durante las
negociaciones del CETA, la Comisión Europea mitigó la
Directiva de Calidad de Combustibles, que se destinaba a la
protección del clima, para ir al encuentro de la industria de arenas
bituminosas.
El CETA garantiza a las
compañías mineras canadienses su negocio sucio. La mitad de las compañías mineras en
el mundo son de Canadá. Son los mayores beneficiarios de los
acuerdos de protección de inversiones. Actualmente, por ejemplo, la empresa
minera canadiense Gabriel
Ressources está demandando a Rumanía por no haber recibido la autorización
de extracción de oro en Rosia Montana. Esto se debe a que la empresa había
utilizado y almacenado cianuro extremadamente tóxico detrás de un dique, lo que
significaría una espada de Damocles sobre la región del Bajo Danubio, algo que
ya vimos durante la famosa catástrofe ambiental de Baia Mare en el año 2000. El
CETA concede a estas empresas derechos de acción especiales, en todos los
países de la Unión Europa y en detrimento de las personas y del medio ambiente.
El capítulo de protección de
inversiones también se aplica a los municipios. En respuesta a una solicitud del Parlamento Europeo, la Comisión
Europea tuvo que admitir que pueden existir
casos en que se puedan llevar a los municipios ante los tribunales de arbitraje
de inversiones. De la zona del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN) se cuentan casos espeluznantes al respecto. El municipiomexicano Guadalcázar, por ejemplo, fue condenado a una
indemnización de 16,7 millones de dólares porque no autorizó un vertedero de
residuos especiales porque quiso proteger sus aguas subterráneas.
..Y aunque no llamamos, escribámos al menos a los eurodiputados que no se hayan comprometido a votar en contra de CETA, solicitando que defiendan los intereses de los ciudadanos:
(L)
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