Ayer encontré una página web que me parecía muy interesante:
Soil Carbon Coalition. De Australia, en inglés.
La he añadido a mi creciente colección de artículos, videos, paginas web y
asociaciones que están informando sobre la relación entre el uso del suelo y el
cambio climático.
Sin embargo, en España -por lo que yo he visto- este es es un tema casi
completamente ignorado (salvo algunas honrosas excepciones) – a pesar de su
importancia.
Creo que casi todos ya sabemos que el cambio climático está aquí (sabemos,
aunque esto no es exactamente lo mismo que ser conscientes). Y gracias
al trabajo estupendo que están realizando muchos grupos e individuos en
diferentes lugares del país, la mayoría también sabemos que es urgente hacer la
transición a las fuentes de energía renovables.
Pero esta transición no es inmediata, y aunque lo fuera los gases de efecto
invernadero (GEI) que ya hemos emitido seguirían en la atmósfera.
Aquí es donde tendríamos que mirar también hacia abajo, al suelo. Por un
lado, porque se calcula que la agricultura es responsable de una tercera parte
de los GEI (principalamente el CO2, el metano y el óxido nitroso) debido a la
energía utilizada en la producción de fertilizantes químicos, en la fabricación
y uso de maquinaria y el transporte, y por la roturación de suelos. Y por otro
lado, porque un suelo manejado correctamente tiene la capacidad de capturar
grandes cantidades de CO2 de la atmósfera, y almacenarlo en forma de
materia orgánica en el suelo, además de en la vegetación.
Manejar correctamente un
suelo implica abonarlo con materia orgánica (estiércol, compost...) en lugar de
con fertilizantes químicos (que son aprovechados en muy pequeña proporción por
las plantas, y que causan muchos problemas de contaminación de aire, suelo y
agua), y tenerlo cubierto –de plantas vivas o muertas – todo o la mayor parte
del año. De esta manera tendríamos un suelo cada vez más fértil, con mayor
capacidad de absorber y retener el agua – en lugar de los desiertos que estamos
creando, que para producir necesitan contínuos “insumos” en forma de los
productos químicos que los grandes multinacionales nos venden tan alegremente.
¿Qué podemos hacer? Pues por
ejemplo comprar productos ecológicos (y animar los tenderos que los traigan),
porque como dice Isabel Bermejo en uno de los pocos artículos que he encontrado
en español sobre este tema:
“La producción agroecológica no sólo emite muchos menos gases de efecto
invernadero, sino que aumenta mucho la capacidad de absorción de carbono en los
suelos...”
...y el enlace a soilcarboncoalition: http://soilcarboncoalition.org/
(Continuará)
Lena
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