En mi pequeña entrada sobre los transgénicos cité a
George Monbiot. Y cuanto más leo de él, mejor me parece. Combina el rigor
(cuenta que lee una media de 600 de páginas para cada artículo que escribe) con
un estilo cláro, elegante, y personal.
Hoy quiero citarle escribiendo sobre uno de los temas que más me interesan:
el suelo.
“Casi todos los demás temas son
superficiales en comparación con la pérdida de suelo fértil. Entonces, ¿por qué
no hablamos de ello?”
2015 es el Año Internacional del Suelo, pero casi nadie lo sabe. Yo me enteré sólo hace unas semanas.
Monbiot a su vez cita un texto sanscrito escrito unos mil quinientos años
antes de Cristo, que dice:
“De este puñado de tierra depende nuestra sobrevivencia. Si la manejamos
bien nos dará comida, combustible y abrigo, y nos rodeará de belleza. Si la
abusamos, la tierra se colapsará y morirá, y nosotros con ella”.
Y nos recuerda que ese puñado que el maestro védico mostró a sus discípulos
contiene más microorgansimos (que son los que juntos dan a la tierra su
fertilidad) que todas las personas que han vivido en este planeta.
Aunque no nos queramos enterar, la situación actual es extremadamente
grave: la ONU estima que para alimentar a la creciente población mundial (se
calcula que en el año 2050 habrá unos 9 mil millones de habitantes) se
necesitaría un añadido de 6 millones de héctares de tierras de cultivo cada
año. Pero en lugar de eso, estamos perdiendo (muchas veces destruyendo) anualmente el doble, 12 mil
millones de héctareas, de suelo fértil. Si seguimos así, en unos 60 o 100 años
(dependiendo de en qué parte del mundo estamos) ya no quedará tierra donde
cultivar nuestros alimentos.
¿Cómo estamos destruyendo la tierra? Pues talando los bosques, cubriendo el
suelo de asfalto, esparciendo venenos, y utilizando métodos de cultivo
erróneos.
Pero como Monbiot subraya: HAY SOLUCIONES. Menciona las técnicas de
no-labor (de no arar o cavar la tierra), y de cobertura del suelo – técnicas
que hace treinta años eran defendidos por algunos de los más radicales de los
horti- y agrocultores ecológicos, y que ahora están extendiéndose también entre
agricultores anteriormente convencionales (pienso en documentales que he visto
y textos que he leído tanto de EE.UU. y Francia, como de muchos países
africanos y asiáticos. A España, sin embargo, todavía parecen estar confinados
al “mundo alternativo”).
También menciona la Permacultura, que en palabras de Monbiot significa “trabajar
con sistemas naturales complejos, en lugar de intentar simplificar o
reemplazarlos”.
He pensado que como leo bastante sobre estos temas, la
mayoría de las veces en inglés, voy a empezar a traducir y resumir algunos de
los textos más interesantes, e incluso a veces explicar como intento poner en
práctica los principios de los que hablan (de forma imperfecta, pero
aprendiendo de mis errores todo el tiempo...)
Y ¿qué podemos hacer la gente para contribuir a la solución de este
problema? Si realmente lo tomáramos en serio, creo que cambiaríamos muchas cosas
de nuestras vidas. Para empezar, podemos intentar informarnos (lo que significa
cierto esfuerzo e iniciativa, ya que es no un tema que suele aparecer en los grandes medios de
comunicación), cultivar nuestras huertas y járdines de forma más ecológica, y
asumir nuestra responsabilidad a la hora de consumir. Y, además, poner presión
a políticos y empresarios para que empiecen a dar prioridad a nuestra supervivencia a "largo" plazo (en realidad, no tan largo...) en lugar de al crecimiento económico a toda costa - o, en palabras de Monbiot (última cita para hoy) que cambien su “compromiso “macho” con la
destructiva mentalidad corto-placista que resiste toda prueba y toda lógica”.
Lena
Camille Pissarro (Francia 1830-1903), "La Carriola" (1881) |
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