viernes, 15 de mayo de 2015

Reflexiones en el jardín


Cuando estoy trabajando en mi jardín (en mi huerta-jardín, y jardín-monte...) me pasan muchas cosas por la cabeza. Algunas me gustaría escribir, aunque cuando al final tengo tiempo de intentarlo, a veces me cuesta atrapar las palabras.

El otro día estaba pensando en los principios que subyacen en la “organización” de mi jardín. Creo que los llevo a cabo de forma muy imperfecta, pero aún así me parecen válidos. Intentaré explicarlos:

Quisiera tener el máximo de vida, y el máximo de formas distintas donde se expresa esa vida.  Intento hacerlo invitando la vida, es decir: crear las condiciones para que llegue y se quede. En el caso de un terreno, implica sobre todo cuidar la fertilidad de la tierra, y ver que hay suficiente humedad. Para hacer esto, también hay que ser económico, es decir aprovechar los recursos de los que disponemos de forma inteligente. En mi caso esto es sumamente importante, ya que mi jardín está en una cuesta, donde se escurría todo el agua, y donde el suelo consistía en algún centímetro de tierra encima de piedras, roca porosa, o roca sólida. Por ejemplo, hasta cavar un surco que recogía el agua de lluvia en la parte que se ve en la foto, por mucho que diluviaba sólo mojaba el milímetro más superficial de la tierra. También el “acolchado” –el cubrir el suelo de materia orgánica – es fundamental, tanto para ahorrar agua, cómo para proteger las condiciones de vida (la fertilidad) en el suelo.
Compruebo que todo está relacionado. Así que el siguiente principio es casi un variante, o un aspecto de lo escrito arriba:

Intento encontrar el sitio adecuado para cada cosa (sean plantas, cortezas, hierba segada, piedras...), el sitio donde pueda ser util y “florecer”. Este invierno sí quemé un poco de zarzas cortadas, y hay algún tipo de planta que no me gusta mucho, por ser tóxica además de invasora. Pero de lo demás voy conociendo cada vez más sus cualidades y utilidades.


Y todo esto también implica cuidar la CONVIVENCIA: con algunos seres tengo una relación más cercana (mis perros, mi yegua, los árboles, las flores, las tomateras...), con otros los veo desde una distancia, alegrándome de que estén allí (como los lagartos ocelados que llevan aquí varios años, las cantidad de aves distintas que hay, o el zorro que a veces veo pasar por fuera de la valla), y  otros, como las culebras, avispas, arañas.., quizá me producen menos alegría, pero intentamos no molestarnos mutuamente.

Además de esto, lo que pensé el otro día es que me ojalá estos principios también guiara más la organización de la sociedad, de nuestro “ecosistema humano”.


Lena


1 comentario:

  1. Preciosas fotos-postales de tu salvaje jardín-paraíso Lena. Qué suerte levantarse todas las mañanas con esas "perspectivas".

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