lunes, 5 de marzo de 2018

El encuentro en Navarrevisca (2): la relación entre el suelo y nuestra salud, y la inteligencia de la Naturaleza

Para la charla-coloquio de ayer me basaba sobre todo en artículos y conferencias de dos científicas muy importantes, pero creo que poco conocidas en España: Elaine Ingham (EE.UU) y Christine Jones (Australia).

Las dos ideas principales se pueden resumir así:

- Las plantas tienen una inteligencia increíble, pero no les dejamos que la utilicen.

- Nuestra salud depende en gran medida de nuestra alimentación, y la calidad de esta depende del suelo donde se ha producido.

Para empezar con la segunda afirmación, creo que cada vez más gente está consciente de que todos los pesticidas y fertilizantes químicos que se utilizan en la agricultura "convencional" nos perjudican (...aunque esto no lleva siempre a que las autoridades, agricultores, o mayoría de los consumidores actúen en consecuencia...).

Menos conocido (creo) es el problema de la falta de minerales y micronutrientes que padecen cada vez más personas.

Hay varios estudios (el más famoso de David Thomas, de 2003: "Mineral depletion in vegetables 1940-1991") que muestran que las verduras y frutas ahora son mucho menos nutritivas que antes: que tienen menos calcio, hierro, cobre, magnesium, zinc, etc.

Es decir, ingerimos residuos quimicos, que son sustancias que nuestro cuerpo no reconoce, pero no los micronutrientes que necesitamos para una adecuada respusta imunológica.

Esto pasa porque falta VIDA en el suelo; no funciona su "Red Trófica" compleja que cumple unas funciones fundamentales, como:

- Reciclaje de nutrientes, que los pone a disposición de las plantas.
- Retención de nutrientes (que evita, por ejemplo, que los nitratos lleguen a las aguas y las convierten en no potables)
- Protección contra plagas y enfermedades
- Mantenimiento de la biodiversidad
- Regulación y depuración del agua
- Degradación de contaminantes
- Captura de CO2 del aire.

Esta "red trófica" consiste de bacterias, hongos, protozoarios, nematodos, lombrices... y es la que destruimos cuando aplicamos pesticidas y fertilizantes químicos, cuando aramos, o dejamos la tierra desnuda. O cuando sólo cultivamos una única especie.

Por eso, un suelo puede tener hasta un exceso de nutrientes, que sin embargo no están disponibles para las plantas. Por ejemplo, sólo entre el 10 y el 40% del nitrógeno inorgánico (en fertilizantes químicos) es utilizado por las plantas; el resto se pierde en el agua (contaminándola), se volatiliza en el aire, o queda inmovilizado en el suelo.

Y así un recurso se convierte en un problema.

A la inversa, lo que se ven como problemas pueden convertirse en recursos: restos orgánicos (hojas, ramas trituradas etc) constituyen un valioso material para alimentar a los microorganismos del suelo y hacerla más fertil a la vez que ahorra agua. Incluso las hierbas adventicias (que la mayoría de la gente siguen llamando "malas hierbas") es una forma que tiene la naturaleza de remediar un suelo y restaurar su equilibrio.

Pero aquí los agricultores, asesorados por ingenieros agrónomas y organismos oficiales, siguen queriendo eliminar todos los microorganismo del suelo - limpiarlo, como dicen, a pesar de que sólo una mínima parte de ellos son nocivos mientras que la inmensa mayoría son beneficiosos y necesarios.

En cambio, donde dejamos que la Naturaleza (la "Madre Naturaleza", como suelen decir Ingham y Jones) utilice su inteligencia, las plantas autoregulan sus necesidades: 

A través de la fotosíntesis convierten el CO2 en alimentos, de los que utilizan una parte para crecer, y otra parte para atraer y alimentar a los microorganismos que viven sobre todo en la zona alrededor de las raíces (que "exudan", o segregan estos alimentos). 

Y lo más maravilloso es que las plantas exudan diferentes tipos de nutrientes, dependiendo de qué intervención de microorganismos necesitan; si para protegerse contra alguna plaga o enfermedad, hacer disponibles nutrientes en el suelo, aumentar la restistencia a sequías o heladas, etc.

¿Qué implicaciones tiene todo esto? Pues que para la buena gestión del suelo hay unos cuántos principios que son válidos en todo tipo de suelos:

1. Fomentar la diversidad de plantas, insectos, migroorganismos.

2. No dejar el suelo desnudo. En palabras de Christine Jones:

"Cuando el suelo está desnudo no hay fotosíntesis y muy poca actividad biológica. Pierde carbono y nitrógeno, los ciclos de nutrientes se vuelven disfuncionales, los agregados se deterioran, la estructura empeora y la capacidad de retenión de agua se reduce."

(En su página AmazingCarbon hay varios artículos en español:)

3. Eliminar o reducir el uso de pesticidas y fertilizantes químicos.

4. Minimizar la labranza del suelo.

...Es decir: cambiar radicmente la forma de cultivar, para cuidar la salud nuestra y del resto de los seres vivos en lugar de las cuentas de las grandes empresas agro-químicas.

Y una cosa que no he mencionado aquí: las mayoría de las nuevas variedades están seleccionadas para responder rápido a la aplicación de varios productos químicos, pero NO estimulan los microorganismos, NO capturan carbono del aire (o lo hacen mucho menos), y NO crean comunidad...

Por eso son tan importantes las iniciativas como las que están haciendo en Navarrevisca, para que no se pierdan saberes y variedades.


Lena

...Me ha enviado Pedro más fotos:






2 comentarios:

  1. Prediquemos con el ejemplo..
    Más agua del grifo y menos bebidas azucaradas en botellas de plástico..

    Por lo demás excelente..

    Muy buena iniciativa.

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  2. Tienes razón: mucho mejor agua.

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