lunes, 9 de enero de 2017

Estrategia de Recursos Minerales: "Exprimamos la Tierra como si fuera un limón" (2)

He seguido leyendo la Estrategia de Recursos Minerales; esta vez ha tocado la primera veintena de páginas.

Voy a intentar escribir algo legible sobre ellas, aunque mi reacción espontánea sería más bien echarme las mano a la cabeza y balbucear palabras como “fatal”, “qué sinsentido”, “¡pero...pero; qué absurdo!”.

Queda claro que el objetivo de la Estrategia es promover las explotaciones mineras en Castilla y León, lo cual se expresa en un lenguaje enrevesado y ambiguo, como en estos dos párrafos:

“...Cualquier análisis que se realice de la evolución hasta la situación actual relacionada con el aprovechamiento de los recursos minerales de nuestra Comunidad, y ello teniendo en cuenta aspectos variables como son los socioeconómicos, ambientales, de ordenación del territorio, de mejora de los  procesos y órganos administrativos específicos, todos dentro de un marco de referencia Regional, Nacional y Europeo, permitirá identificar determinadas disfunciones, cuya corrección a través de la adopción de determinadas medidas, servirán para promover, con carácter general, que todo el cuerpo social relacionado con los recursos minerales pueda mirar al horizonte con confianza y perspectivas de futuro.

Con esta finalidad, la Junta de Castilla y León, a través de su Consejería de Economía y Hacienda, concibe una arquitectura basada en evidenciar el potencial minero de la Comunidad Autónoma, en la adopción de medidas administrativas que permitan la creación de unas condiciones adecuadas que garanticen el desarrollo de actuaciones y proyectos que activen dicho potencial minero latente, y en apoyar de manera selectiva y deliberada a las comarcas mineras y al sector empresarial, aunando esfuerzos en una convivencia armónica del sector con la sociedad y dirigiendo su foco de atención a la internacionalización del mismo...”

Interpreto que con “determinadas disfunciones” los autores de la Estrategia se refieren a las limitaciones (sociales, legales, ambientales...) a la actividad minera, y que “corregirlas” para ellos significa eliminar estas limitaciones, para que se pueda “activar (casi) todo el potencial mineral potente”.

Activar un mineral latente, en el mundo real suele significar sacrificar un paisaje, con la tierra y todos los bichos y plantas asociados, y sacrificar el pasado, el presente y el futuro de las personas que habitan o visitan este paisaje.

La Estrategia de Recursos Minerales (a continuación: ERM) hace referencia a la Estrategia Europea 2020, la estrategia decenal que la Comisión Europea adoptó en 2010, y cuyo fin es un “crecimiento inteligente, sostenible e integrador.” Los cinco objetivos principales están centrados en “los ámbitos de empleo, investigación y desarrollo, clima y energía, educación, inclusión social y reducción de la pobreza.”

No tengo ahora los datos a mano, pero me sorprendería gratamente que en España se hubiera mejorado alguno de los ámbitos. Porque pensando en las crecientes desigualdades, la explotación laboral, las privatizaciones, la sobreexplotación de agua, la pérdida de suelo, la contaminación, el frenazo impuesto a las energías renovables etc, tiendo a pensar que a nivel nacional seguimos empeorando (a nivel local puede haber más motivo de esperanza; ayer leí un artículo muy bonito en Ecologista, sobre la regeneración del Río Manzanares en Madrid...)

Parece que en Castilla y León se leen los documentos de la UE con gafas muy especiales. Y que se tiene una noción también muy peculiar de lo que significa “sostenible”. Sino, ¿cómo se puede pretender que un fomento practicamente incondicional de la actividad minera cumpla con los objetivos de la UE acerca del Cambio Climático?  El objetivo europeo declarado es HACER LA TRANSICIÓN HACIA UNA ECONOMÍA BAJA EN EMISIONES DE CARBONO, lo que implica (según documentos oficiales de la UE): reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fomentar las energías renovables, y aumentar la eficiencia energética.

En la ERM dicen cualquier cosa, como cuando afirma que la actividad minera “puede contribuir al desarrollo económico sostenible y equilibrado de la Comunidad y al desarrollo de las zonas más desfavorecidas en términos económicos o de población...”. O cuando cita la Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente de Castilla y León (RIS3) 2014-2020: “...Esta última, en su apartado 6.1 "Prioridades temáticas" considera como prioridades temáticas la "Agroalimentación y recursos naturales, como catalizadores de la extensión de la innovación sobre el territorio" y "El patrimonio Natural, Patrimonio Cultural y Lengua Española, recursos endógenos base de la sostenibilidad territorial", sin ver ninguna contradicción con lo que promueve. ¡Resulta que la actividad minera ahora es tan sostenible que valoriza tanto el patrimonio natural y cultural como la lengua española!

http://www.jcyl.es/junta/cp/20161229_Estrategia_Recursos_Minerales.pdf

Un último dato, encontrado en la ERM: en 2014 había 4.004 personas trabajando en los diferentes explotaciones mineras en Castilla y León. No me parece un número muy grande. Si realmente queremos crear empleo, apoyemos mejor los sectores de Educación, Sanidad, Cuidados, Energías renovables, Agricultura y ganadería ecológica...

Lena Pettersson

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