.Con tanto trabajo en la huerta-jardín (¡orgánicos,por
supuesto!), no he tenido tiempo de contar aquí que sí estuve viendo el camino
con Sergio, el concejal de Obras e Infraestructura, hace una semana. La verdad
es que se agradece que haya alguien en nuestro gobierno local que acceda a
hablar también con las personas que piensan de forma diferente, y que uno
siente que quiera hacer las cosas bien
...Aunque sobre el camino sí estabamos de acuerdo; de la
importancia de hacer cunetas, ver que funcionen los pasos del agua por debajo o
al lado del camino en lugar de en medio, echar grava en los sitios que más se
encharcan, etc.
De hecho me parece que se ha arreglado el camino ahora
con bastante más esmero que en los últimos años.
Aún así está claro que puede haber problemas, porque cada
tramo del camino tiene su “personalidad”, que conocemos los que pasamos casi
todos los días, pero que desde arriba de una máquina grande es difícil de
detectar.
El tramo donde vivo yo es uno de los más complicados: por
estrecho, y por recibir agua de prados y regueras de al menos tres sitios.
De hecho, el miércoles cuando llegué a casa, estaba el
camino otra vez como un río. Vi que el paso que lleva roto y funcionando mal
desde hace tres años ahora estaba completamente bloqueado, y el sitio donde los
charcos muchas veces cubren todo el ancho del camino también estaba sin desague
posible.
Reconozco que sentí bastante desánimo y frustración. Son
problemas relativamente pequeños, pero ya me apetece poder salir a pasear
llevando zapatillas en lugar de botas de agua, o estar segura de que el coche
ni se va a romper ni quedarse atascado en el barro cuando necesito ir al
pueblo.
La mañana siguiente llamé otra vez a Sergio, que al poco
tiempo apareció para verlo. Vió que estaba el camino fatal, y que el tubo de
cemento que estaba roto y bloqueado habría que cambiarlo entero. Además, que en
algunos sitios proablablemente podría ser más eficaz venir un par de personas
con azadones, en lugar de una máquina con pala grande.
Se me quitó la frustración. Porque esta vez funcionaba la
comunicación, funcionaba la cosa de forma normal: surge un problema, se
habla, se busca una solución, y se soluciona lo más rápido posible.
Como debería ser siempre.
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