lunes, 22 de febrero de 2016

La charla del pasado viernes

CHARLA SOBRE EL DESEO SENSUAL

El pasado viernes 19 de febrero asistimos a una nueva charla tertulia (de nuevo en la academia de Lena), para desarrollar la temática sobre el “Deseo Sensual” desde una perspectiva budista, cuya acertada introducción corrió a cargo de Mar Gómez.

Ya en este mismo blog, Mar nos adelantó que Buda dijo que hay cinco estados mentales enemigos de todo el mundo: Deseo sensual, aversión (odio o mala voluntad), pereza y letargo, inquietud y duda. Pero de entre los cinco los dos primeros parecen los más graves, de ahí que la charla se centrase en el primero de ellos. Planteaba Mar que la satisfacción del deseo sensual produce un placer momentáneo, lo cual termina generando sufrimiento cuando queremos poseer conservar y experimentar placer una y otra vez.

Los allí presentes sacamos tantas cosas de nuestro interior que, en un momento dado, más se asemejaba a un grupo de psicoterapia, lo cual me pareció fantástico porque demostraba que, de una u otra manera, y en mayor o menor medida, todos somos víctimas del deseo sensual.

También se habló, por derivación, de las diferentes maneras de reaccionar ante el sufrimiento, y en eso hubo disparidad de criterios, ya que si bien la filosofía budista encamina al que sufre a aceptar el mal como parte de la propia existencia, siempre resulta difícil contrarrestarlo con aceptación y no reaccionar ante lo que entendemos debe reclamar nuestra acción frente a la opción de la no acción.

Esto, inevitablemente, me recordó las palabras de Su Santidad el XIV Dalai Lama pronunciadas el 8 de octubre de 2003 en la sede de FRIDE de Madrid, un think tank europeo independiente para la acción global, que aquél día nos reunió alrededor de cien personas para escuchar la conferencia “Una aproximación humana a la paz mundial”. Decía el Dalai Lama que “El uso de la fuerza (como medio para resolver conflictos) o para destruir al oponente conlleva tu propia destrucción a largo plazo”, aunque también reconoció que, en ocasiones, la no violencia no era siempre el camino más apropiado.

Al terminar la conferencia, Ángel López Soto, fotoperiodista y fotógrafo personal del Dalai Lama, me lo presentó al tiempo que le comentaba que ambos, Ángel y yo, éramos los autores de un reportaje en la revista MC de Mario Conde, que dirigí un tiempo atrás, y que se titulaba “El exterminio del Tibet”, ilustrado con unas extraordinarias y durísimas fotografías de Ángel hechas a los héroes que escapan del Tibet camino de Dharamsala, sufriendo en el camino los rigores de la montañas heladas. El Dalai Lama estrechó mi mano entre las suyas, agradeció desde lo más profundo la publicación de aquél reportaje (que fue fotocopiado y traducido a varios idiomas para que los viajeros a Dharamsala fueran conscientes del sufrimiento de los que llegan allí escapando de la invasión china) y, mirándome a los ojos, dijo: “Aceptar el sufrimiento sólo es posible a partir de la aceptación de uno mismo”.

Agradezco a Mar que su idea de charla me trajera tan buenos y magnánimos recuerdos, y también agradezco a Lena que abra la puerta de su academia para permitirnos, a los asistentes a este tipo de charlas, unos momentos mágicos en la intimidad de un grupo con aspiraciones a ser habitantes de Navaluenga a la par que ciudadanos del mundo.

JAVIER BLEDA



2 comentarios:

  1. Javier me ha conmovido tu artículo, ya que lo siento escrito desde el corazón. Me conmueve cuando somos capaces de manejar el intelecto desde esa parte. También hay que ser muy valiente para ello... ahí estamos, poquito a poco (lo digo por mí). En una palabra "MACANTAO"

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Javier por tu contribución. Me identifico plenamente con eso de aspirar a ser habitante -o vecina- de Navaluenga a la par que ciudadana del mundo.

    ResponderEliminar