sábado, 24 de octubre de 2015

Quejas, huertas, convenciones de género y aguaturmas...(popurrí)

En la charla del otro día Sara hizo mucha hincapié en que hay que evitar el “victimismo”; si nos quejamos, que sea por escrito, y aparte de quejarnos, que nos movamos también.

Yo estoy de acuerdo con ella.

Nos animó a mirar la posibilidad de crear alguna cooperativa, por ejemplo para cultivar y vender fruta y hortaliza ecológica. Recuerdo que en nuestro Grupo de Consumo, José Manuel también ha hablado muchas veces de crear una cooperativa, aunque sin encontrar mucho apoyo.

En principio sí me parece interesante, pero en la práctica creo que no habría muchas personas dispuestas a dar el paso. Quizá no tenemos empleo, y no tenemos muchos ingresos, pero casi toda la gente que conozco lo que sí tenemos son muchas ocupaciones.

Además, personalmente no tengo talento para los negocios, y me enfoco más a la huerta de autoabastecimiento. Pienso que esto es una importante diferencia entre vivir en una ciudad y vivir en un pueblo (o en el campo):  aquí cada uno puede producir gran parte de la comida que necesita.

No sé cuánta gente realmente valora este hecho.

Al pensar en esto, empecé a preguntarme cuántas mujeres conozco en Navaluenga que tengan una huerta (quiero decir que trabajen en ella).  Muy pocas, me parece. A diferencia de otros lugares (al menos fuera de España), aquí parece que el trabajo de la huerta  suele considerarse cosa de hombres. ¿Alguien me puede explicar por qué es así? Y de paso también me podría explicar por qué son sobre todo las madres que se ocupan de los hijos, y por qué hay muchos más chicos que chicas que practican deporte? ...Aunque por supuesto siempre hay muchas excepciones. Pero aún con esas excepciones, creo que en cuanto a divisíón de trabajos y actividades por género, Navaluenga es poco moderno.

...

Hablando de ser lo más autosuficiente posible en cuanto de comida, esta semana he comido por primera vez los tubérculos del Helianthus tuberosus (o aguaturmas, batacas, no sé cómo se suelen llamar aquí). Es la planta que se parece a un pequeño girasol y que crece en el cauce que atraviesa el pueblo (crece mucho, puede llegar a ser invasora). Los tubérculos se pueden comer crudos, cocidos o asados; tienen un sabor bastante dulce y están ricos en hierro.

Lena



No hay comentarios:

Publicar un comentario