Hace unos años vi una película que se titulaba “Nunca ocurre lo que uno
espera”. Yo no diría “nunca” pero a menudo si es así.
Como el sábado, que vino aquí Mario Sánchez-Herrero a dar una charla sobre
“la Economía Postcrecimiento”, y nos encontramos con que no apareció nadie para
abrirnos la Biblioteca (solicitada y concedida). Afortunadamente hacía buen
tiempo, y en el bar de la Tercera Edad nos prestaron sillas para que pudimos
sentarnos en el parquecito al lado.
Como yo le había pedido que nos explicara un poco los fundamentos
(brevemente, para tener una idea) del sistema económico actual, Mario habló de
la función de la economía que es (o debería ser) “satisfacer el máximo de
necesidades con el mínimo de recursos”. Hizo un repaso por cómo la teoría
económica considera que el MERCADO y los ESTADOS cumplen esa función. Y además,
yo diría que con una impresionante paciencia afrontaba nuestras (creo que
demasiado frecuentes) interrupciones en forma de preguntas y comentarios acerca
de conceptos y afirmaciones. Al final (por nuestra culpa) sólo tuvo tiempo de
iniciar un esbozo del nuevo modelo que él proponía. Aun así, voy a intentar
anotar alguna cosa que creo haber entendido.
La economía actual parte de la PRODUCCIÓN; se busca producir lo máximo
posible al mínino coste, aunque luego por supuesto hay que encontrar un
mercado, o una salida, para los productos. Y por eso se fomentan –mediante la
publicidad (directa e indirecta)- las “necesidades”, o incluso se crean nuevas.
En lugar de eso, lo que Mario propone es centrar la economía en los
CONSUMIDORES. Y esto implica preguntarnos más en serio qué necesitamos
realmente; implica un cambio de mentalidad y una visión bastante diferente de
la imperante hoy en día referente a qué es la “ buena vida”. Aquí él
introduce los conceptos de Abundancia y Escasez. Afirma que el
sistema actual parte siempre de la idea de la escasez, inculcándonos una
ansiedad por acumular y por competir (aunque pienso que es un poco
contradictorio, porque por otro lado actúa como si los recursos del planeta
fueran ilimitados). En lugar de eso deberíamos entender que en realidad vivimos
con bastante abundancia, que tenemos de sobra lo (material) que
realmente necesitamos, y al entender eso podríamos dedicarnos más a aprender, a
compartir, a crear... – enfin, a disfrutar de la libertad que el desarrollo de
la sociedad ha hecho posible.
Eso vendría bien tanto a nuestro espíritu como al esto de la vida en la
planeta.
En este punto creo que de repente todos estábamos de acuerdo.
Aunque según Mario las ideas del “Decrecimiento” también están centradas en
la escasez, yo la verdad es que veo su propuesta muy parecida en la práctica a
la promovida por el movimiento del decrecimiento: utilizar menos recursos
materiales, para tener más tiempo y poder disfrutar de vivir sin prisa. Quizá
sólo se trata de dos motivaciones diferentes: en un caso se considera un “imperativo
ecológico” que la actividad económica decrezca, mientras en el otro se
entiende que no necesitamos crecer, que tenemos suficiente y no hay que
vivir con ansiedad.
Paul Klee |
Esto sería un poco la idea muy en general. Como Mario es economista, y
además una persona muy concienzuda, creo que también ha elaborado unas teorías
y propuestas de cómo promover y gestionar este cambio. Sin embargo, el sábado
nos quedamos sin conocerlas, porque ya llevábamos hablando dos horas, llegó el
atardecer con demasiado frío para charlas en el parque.
Quizá a las otras personas que estuvieron les ha llamado la atención otras
cosas que las que yo he referido aquí, o lo han entendido un poco diferente,
Sería interesante poder leer otros comentarios.
Lena
Un magnifico resumen, Lena.
ResponderEliminarMuchas gracias por todo.
Mario
Las interrupciones significaron que estábamos interesados en el tema. La charla, con interrupciones incluidas, fue interesante pero además divertida.
ResponderEliminarGracias Mario por la charla y gracias Lena por el resumen.
Maruja