El plan era que pusiéramos una mesa en la plaza, con algún cartel o
pancarta, y que estuviéramos varias personas al menos un par de horas.
Pero la verdad es que la oposición en su conjunto en Navaluenga tenemos
mucho que aprender. En esta ocasión, por varios motivos, nos falló la
comunicación y la organización.
No hubo mesa, ni carteles, ni mobilización de gente.
A pesar de eso decidimos Maruja (Vecinos), Juan Carlos (Comprometidos) y yo
a ir a la plaza con nuestras listas, bolígrafos y carpetas.
Creo que a todos nos costó un poco acercarnos a las primeras personas a
informar y pedir firmas. En mi caso, eso de plantarme en la calle y abordar a
la gente que pasa es algo que no he hecho desde que tenía veintipocos años y
formaba parte del Movimiento por la Paz.
La del sábado fue una experiencia positiva e interesante. Casi todas las
personas con las que hablamos firmaron, además de ser muy amables. Algunas
apretaban el paso al ser preguntados si tenían un momento, y sin embargo, si me
daba prisa a decir de qué se trataba, su actitud cambiaba y decían que “eso sí
firmo”.
Hubo muchas pequeñas conversaciones interesantes, con personas con las que
probablemente no habríamos tenido la ocasión de hablar si no fuera por esta
recogida (también al menos yo vi a muchos amigos y exvecinos a los que no había
visto en mucho tiempo). Y pensé que no está mal alguna vez, eso de plantarse en
medio de la plaza, reclamando nuestro espacio en el pueblo (en lugar de
mantenerse alejado del “mundanal ruído” los fines de semana, que es lo habitual
en mí). Y hablar directamente con la gente fuera de nuestros círculos.
De todos modos, no somos ingenuos: no creemos que vamos a cambiar el modelo
turístico recogiendo firmas durante alguna hora un sábado por la mañana. Esto
va a ser una larga “batalla”, y nuestra pequeña acción sólo era una entre
muchas. Varias personas están pidiendo las firmas para este escrito por sus
barrios, y también conozco al menos dos casos de personas que han iniciado sus
propias peticiones o denuncias, juntándose vecinos afectados por los ruídos en
calles concretas. Como habrán visto en Plazanavaluenga, el sábado que viene hay
una concentración delante del Ayuntamiento. Además, estoy segura que los
concejales de los grupos de la oposición seguirán insistiendo en cada pleno,
para que Navaluenga cambie de dirección en su política turística.
Con los ataques que Gonzalo ha sufrido esta semana, hemos visto la urgencia
de este cambio aún más claro (si cabe). No queremos un pueblo invadido por la
brutalidad, donde corremos el riego de recibir amenazas de muerte y huevos
tirados a nuestras terrazas por haber expresado nuestras opiniones, o por haber
reclamado nuestro derecho al descanso. Son ataques que nadie podrá justificar,
esté o no de acuerdo con tales opiniones. El Ayuntamiento tiene competencia en
la seguridad ciudadana y la prevensión
de “actuaciones perturbadoras de la convivencia ciudadana”. ¿Ha tomado alguna
medida? ¿O al menos se ha pronunciado al respecto?
Lena
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