Hace poco (antes de enfrascarme en normativas y Planes de Gestión de Residuos) terminé el libro “Feeding people is easy” (Alimentar a la gente es sencillo), de Colin Tudge. Me parece un libro muy bueno.
Colin Tudge es un biólogo británico que por lo visto ha viajado por todo el mundo, y que ha escrito libros sobre árboles, pájaros, historia natural, agricultura y alimentación – todos con una mezcla estupenda de conocimientos y experiencia profundos y amplios, sentido común, y una muy entrañable habilidad de transmitirlo todo de forma clara y directa.
En “Feeding people is easy”, argumenta que es posible alimentar a una población mundial que se prevé de nueve mil millones dentro de unas décadas – sin destruir el planeta. Pero que para hacer esto hay que cambiar radicalmente de sistema agrícola. Y esto no se hará si la gente no nos implicamos, porque tanto los políticos como las grandes corporaciones nos llevan en una dirección completamente equivocada.
Lamentablemente este libro no está traducido al español (hecho que me sorprende y decepciona), pero reproduzco aquí un par de párrafos en traducción torpe y rápida, aunque de esta forma no se permite disfrutar de su estilo.
“...La alimentación no es lo único que tenemos que corregir, por supuesto, porque todo está relacionado. Pero constituye el problema más urgente. Si cultivamos bien la tierra, todo lo demás empezará a encajar – desde el placer cotidiano de la buena comida y la vida social, hasta las altas aspiraciones del empleo completo y satisfactorio, la paz mundial, y la conservación de la naturaleza. En cambio, si tenemos una mala agricultura, esto perjudica a todo lo demás. Actualmente la agricultura es la actividad humana peor llevada de todas, y las malas consecuencias se perciben por todos lados. Y las soluciones que el poder está proponiendo y llevando a cabo no hacen más que empeorar la situación...
...El problema es que el “éxito” en la agricultura – igual que en todo en el mundo moderno- se mide exclusivamente en dinero, como si el dinero fuera un espejo perfecto de la realidad. Pero claro, no lo es. El dinero se puede conseguir de forma constructiva, pero también se puede generar con actividades que destruyen el planeta. (...) Para resumir: si tomamos la agricultura en serio, reconociendo que su objetivo principal es alimentar a la gente sin destruir la tierra, entonces necesitamos medir su eficiencia con criterios biológicos, y no en dinero...
...Los agricultores, cuando no cultivan la tierra por pura aficción, buscan la EFICIENCIA. Pero “eficiencia” es un concepto resbaladizo. En general se refiere a la cantidad producida de algo (output) en relación con lo que se ha necesitado para producirla (input). Pero si un sistema se considera “eficiente” o no depende de que “inputs” y “outputs” medimos. Las granjas tradicionales, que no utilizan pesticidas y fertilizantes artificiales, y que recurren sólo a la fuerza muscular de animales y personas, en general obtienen 10 calorías de energía por cada caloría utilizada. Sin embargo, en las modernas granjas industrializadas la relación suele ser la inversa: se utilizan 10 calorías –sobre todo en forma de combustibles fósiles- por cada caloría de comida producida. Es decir, en términos de energía que se obtiene versus energía utilizada, los sistemas tradicionales son unas 100 veces más eficientes...
...Para conseguir llevar a cabo los cambios necesarios tenemos que reinventar la democracia – o mejor dicho, hacer que funcione por casi la primera vez en la historia de la civilización humana. Porque la regla principal de la democracia –que se pueda echar a nuestros “líderes” cuando no contribuyen al bien común- ha desaparecido. “Ellos” no saben gobernar el mundo, pero sí saben mantenerse en el poder..."
En el programa de REDES "La Vida Secreta de los Árboles" se le puede ver y escuchar al escritor.
Lena
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