A veces la promesa infundada de crear puestos de trabajos parecen justificar cualquier desmadre (Eurovegas, circuitos de carts, etc.). Otras veces, sin embargo, el empleo no se considera ni cuando se trata de proyectos muy razonables y necesarios.
Leo hoy en Público que Angel Vadillo, el alcalde de Alburquerque de Badajoz, ha dejado la huelga de hambre que mantenía desde hace noventa días en protesta por la supresión de las primas a las energías renovables (después de que el Ministerio de Industria se ha comprometido a abrir una mesa de diálogo sobre las energías renovables).
En Alburquerque, donde la tasa de paro supera los 40 %, la supresión de estas primas obligó a cancelar los proyectos de las cinco plantas termosolares que se iban a instalar allí, y que iban a permitir la creación de numerosos puestos de trabajo y el mantenimiento de diferentes servicios públicos, como una residencia de ancianos, un centro para niños y un centro para discapacitados.
Referente a formas de crear empleo, cito aquí a Vicenç Navarro, en su artículo “El desempleo es incluso mayor de lo que se indica”, del 4 septiembre de este año:
“...El gobierno puede facilitar la creación de empleo de muchas maneras. Una de ellas es invirtiendo en sectores que necesitan mucho empleo. Y entre ellos, los más deficitarios son los servicios públicos del estado del bienestar, tales como sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales y otros. En España, sólo un adulto de cada diez trabaja en tales servicios. En Suecia, en cambio, es uno de cada cuatro. (...)
Otro sector que genera gran cantidad de empleo son las inversiones verdes. Está bien documentado que estos sectores crean gran número de empleos, sobre todo en España donde tal sector está todavía poco desarrollado
Otra medida que el estado podría tomar para facilitar la creación de empleo es garantizar el crédito, a base primero de establecer bancos públicos y cooperativas de crédito, en lugar de las excesivas ayudas que se han dado a la banca privada que han tenido resultados muy insuficientes para cubrir las necesidades de las pequeñas y medianas empresas, así como de las familias súper endeudadas. Tal medida debería ir acompañada de medidas más contundentes para estimular el mercado inmobiliario (hoy paralizado por el sector bancario), gravando enormemente las casas vacías, impidiendo su existencia...”
Para terminar, algunos datos de nuestra provincia (publicados por Europa Press el 27 de julio):
En el segundo trimestre del año la tasa de población activa (los que tienen o que buscan trabajo) de Castilla y León no llegaba ni a los 56 %; era cinco puntos más baja que la media nacional. Y la provincia de Ávila tenía la tasa de paro más alta de la Comunidad Autónoma: 26,45%.
Más datos: En Navaluengadigital (agradecemos su labor de información), se puede leer que entre junio y julio este año, bajó el paro en Navaluenga casi 3 % (de 210 parados a 204). Sin embargo, en comparación con la misma fecha del año pasado, el paro ha subido casi 37 %.
Además, para entender estas cifras, también habría que saber el número y la tasa de población activa, para saber si la reducción se debe realmente a nuevos puestos de trabajo, o a que la gente se haya ido de aquí, o se haya cansado de buscar trabajo.
En vano he intentado encontrar estos datos. ¿Alguien los conoce?
Lena