domingo, 26 de agosto de 2012

El ruido, otra vez: ideas para normas

Una y otra vez se repite la situación: gente que viene a su casa en Navaluenga para disfrutar de la naturaleza, del pueblo, de la compañía de familiares y amigos, pero que demasiadas mañanas se levantan cansados y con ojeras por la mala noche que les han hecho pasar unos cuantos chulitos maleducados – y también la desidia del Ayuntamiento y los dueños de (muchas) casas rurales.


Esta vez son unas vecinas del Rincón, que me cuentan que a las cuatro de la madrugada los huéspedes de la casa rural que tienen al otro lado del río a unos trescientos metros estaban todavía de fiesta a máximo volumen – por lo visto con la bandera falangista puesta al lado de la española, e imponiendo su presencia ruidosa a todo el barrio.


Para dar ideas tanto al Ayuntamiento como a los que tienen casas rurales, quiero copiar aquí unas normas que encontré en un anuncio de una casa rural de no sé dónde. A mi me parecen de lo más sensatas:


NORMAS DE ESTANCIA



· Los ocupantes no podrán realizar actividades molestas, nocivas, peligrosas o ilícitas.


· En la terraza, jardín y piscina, desde las 23,00 hasta las 10,00 horas (horario nocturno), y desde las 15,00 hasta las 18,00 horas (horario siesta), no se podrá poner música alta, hacer ruido, montar escándalos, gritar, cantar o cualquier actividad que puedan molestar a los vecinos. Para eso está el interior de la Casa y la Discoteca.


. El propietario tiene derecho a entrar en la casa en cualquier momento y sin previo aviso, siempre que se detecte alguna anomalía, incumplimiento de alguna de estas normas o aviso de la Guardia Civil por escandalo publico, y podrá cancelar el presente contrato, obligando a los arrendatarios a abandonar la casa y sus instalaciones, llevando consigo la perdida total de la fianza.


INCUMPLIR CUALQUIER NORMA ANTERIOR, SE SANCIONARÁ CON LA PERDIDA TOTAL DE LA FIANZA, MAS DAÑOS Y PERJUICIOS. Y EN CASO DE NO LLEGAR A ACUERDO AMISTOSO, SE PONDRA EN CONOCIMIENTO DE LAS AUTORIDADES COMPETENTES


¿Aquí hay algo que impide poner unas normas parecidas?


¿O es que Navaluenga is different?

Lena

miércoles, 22 de agosto de 2012

La Ley del Ruido de Castilla y León

Como mencioné ayer, he leído la Ley del Ruido de Castilla y León, y quiero poner aquí algunos extractos de la misma.

Quizá no sean demasiado concretos, y además un problema con él que nos encontramos a menudo es que un municipio como Navaluenga, con una población fija que sólo ronda los dos mil habitantes, muchas veces no se considera obligado a ocuparse de ciertos asuntos a pesar del gran número de personas que se encuentran aquí en determinadas fechas.

Sin embargo, pienso que no viene mal conocer y recordar los principios generales expresados en las diferentes leyes.

Primero, que en esta ley se reconoce que ...El ruido ambiental constituye hoy en día uno de los principales problemas medioambientales por sus efectos perjudiciales sobre la salud humana y el sosiego público.(...) .. el ruido es considerado como una forma importante de contaminación y una clara manifestación de una baja calidad de vida..”

La ley tiene como objetivo cumplir el “deber superior de velar por la salud y el bienestar de los ciudadanos de nuestra Comunidad y para garantizar de manera eficaz los derechos constitucionales a la integridad física y moral, a la protección de la salud, al disfrute de un medio ambiente adecuado, a la inviolabilidad del domicilio, a la intimidad familiar y personal, así como a una vivienda digna, se redacta esta Ley del Ruido de Castilla y León, con el objeto de preservar el medio natural, hacer más habitables los núcleos urbanos, mejorar la calidad de vida y garantizar el derecho a la salud de todos los castellanos y leoneses, desde una perspectiva inequívoca de la prioridad de estos derechos fundamentales sobre cualquier otro asimismo legítimo y respetable...”

En cuanto al papel de los ayuntamientos, hace referencia a la Ley 7/1985, reguladora de las Bases de Régimen Local, que estipula que los Municipios son “cauces inmediatos de participación ciudadana en los asuntos públicos” y tienen competencias en la protección del medio ambiente.

Y dice que “... la Ley del Ruido de Castilla y León, en sintonía con los principios que informan el Pacto Local Autonómico, apuesta por la descentralización, teniendo en cuenta el papel protagonista que la Administración Local juega en la defensa de los intereses de los vecinos, dada su proximidad, así como los intereses vecinales implicados, favoreciendo la máxima eficacia y eficiencia en la aplicación de las acciones dirigidas a prevenir, reducir y vigilar la contaminación acústica desde la Administración Local...”

Los municipios de más de 20 mil habitantes tienes la obligación de elaborar “mapas del ruido”, y planes de acción contra el ruido. Y aunque no sea el caso de Navaluenga, esto no significa que estuviera prohibido hacerlo – y más después de que tantas quejas ha dejado constancia de que el ruido realmente constituye un problema importante.

Incluso, las zonas donde existan numerosos establecimientos o actividades destinadas al ocio podrán ser declaradas  “zonas acústicamente saturadas” (después de una medición de los niveles sonoros durante determinado tiempo), en las que se podrán adoptar medidas especiales.

La ley también reconoce que ...No se puede abordar el problema sin una clara y decidida implicación de otros ámbitos sectoriales: movilidad y tráfico urbano e interurbano, regulación de horarios de cierre y espectáculos públicos, y urbanismo, ordenación del territorio y vivienda.” Y que “... El ruido es un problema medioambiental que se corrige cultural y técnicamente.”

Si alguien tiene interés en leer toda la ley, la puede descargar desde esta página:


Ahora bien, todos sabemos que estas sólo son palabras, y que las leyes no sirven a nada si no hay realmente voluntad de solucionar los problemas.

Lena

domingo, 19 de agosto de 2012

Enfocando la mirada...2

Quizá sea un error estar siempre juzgando al mirar la realidad.

Pero desde que empecé a pasearme por el pueblo con la cámara a mano, soy como una bola rodando; no puedo parar de fijarme en las calles, las casas, los detalles y etiquetarlos “bello”, “feo”, “me gusta”, “no me gusta”...

Sin embargo, en mi caso creo que también corresponde a una mayor implicación con el pueblo, un cambio en mi actitud predominante, que durante muchos años me ha hecho pasar lo menos posible por la población, asumiendo su fealdad como algo ajeno, para enseguida volver a la montaña, el río, los prados y los caminos, que son por los que vine aquí a vivir hace unos 15 años.

Ahora miro y, como he dicho, veo tanto fealdad como belleza. ...Y también pienso que podría ser mucho más bonito.

Aparte de las fachadas ciegas, que mencioné en mi anterior entrada de “Enfocando...”, otro detalle (¡pero detalle que abunda!) es el lio de cables eléctricos que hay. Como este, pero lo hay por todos lados. No creo haber visto otro pueblo con tal lío - ¿o será que no me habré fijado? (que es muy posible que sea así).



Por otro lado, algo que alegra la vista, e incluso el olfato, son los huertos que todavía quedan dentro del pueblo. Aquí pongo las fotos de dos de ellos.


Continuará.








Lena


martes, 14 de agosto de 2012

Enfocando la mirada...



En mis días buenos a menudo pienso que estamos rodeados de belleza, aunque a veces no prestamos atención a ella.

Luego pienso que también estamos rodeados de fealdad; que como nunca vemos la realidad en su totalidad, sino sólo fragmentos, depende de cómo enfocamos la mirada.

Personalmente, como siempre me ha gustado el campo, allí siento que paso por lugares muy bellos y otros que simplemente lo son un poco menos.

Sin embargo, en los pueblos y ciudades, donde la intervención humana es mayor, la cosa cambia. Allí hay lugares, rincones, y detalles elegantes, poéticos, interesantes o divertidos – pero también los hay decididamente feos.

 
Estos últimos días he pasado por el pueblo enfocando mi mirada a sus lados feos (bueno, no sólo), en concreto a las fachadas ciegas  - fachadas medianeras que están esperando que algún día se construya un edificio al lado y que por esa razón se dejan simplemente enfoscadas, en el mejor caso, o de bloques vistos en el peor. Hay una cantidad de ellas.


Qué triste aspecto tienen.















En cambio, las calles donde las casas están pintadas o forradas de piedra, donde la gente habita, donde hay algún tiesto con flores, o ropa tendida ondeando un poco en el aire – aun sin ser nada especial me parecen entrañables, son lugares con vida y personalidad.

¿En la planificación urbanística hay algún criterio de estética o armonía? ¿No debería haberlo?

Lena